Todos quisieran estar de primeros en la cola de la gasolinera que vende a precio subsidiado en Barinas, pero intentarlo tiene un costo de 12 horas y más de espera, incluso, cambiar la cómoda cama, el aire acondicionado y el edredón, por el asiento del carro, el calor y la intemperie, con la incertidumbre de ¿llegará la gandola?
Por Corresponsalía lapatilla.com
Esta etapa no es nueva para los conductores de Barinas, sólo tuvo un receso en la campaña electoral entre diciembre y los primeros dias de enero, cuando el chavismo escuchó sonar la campaña que le anunciaba que podía perder la Gobernación en el bastión de la revolución. Fue una sensación extraordinaria. Hubo gasolina de sobra, pero de vuelta a la realidad, sobran las colas.
El 7 de marzo llegó a Barinas lo que se presumía, que eliminarían bombas con combustible bajo subsidio y cuatro de éstas fueron pasadas a la categoría internacional (dolarizada) y dos a integrales (donde se cancela 50% en bolívares y 50% en divisa norteamericana).
De las 54 estaciones de servicios que existen en toda Barinas, Antonio Bastidas, conductor y exlegislador llanero, asegura que en el municipio capital de esta entidad es donde más se siente el problema, pese a que hay ocho bombas dolarizadas y quedan 11 subsidiadas, con el agravante que no hay gasolina todos los días y nadie sabe cuál de éstas tendrá, lo que ha incrementado las colas con esperas en vano, porque habitualmente la gandola llega a media tarde y el despacho es para muy pocos por las horas de servicio.