La historia de lo que le pasó en Liberia a Emmanuel Tuloe tiene las características de una leyenda moderna.
Por BBC Mundo
El joven de 19 años, vestido de uniforme escolar de camisa azul celeste y pantalón corto, destaca en una clase llena de estudiantes por lo menos seis años menores que él.
Emmanuel, quien anteriormente había abandonado sus estudios primarios, se siente feliz a pesar de la diferencia de edad.
El año pasado, mientras conducía su mototaxi, su modo de ganarse la vida, encontró US$50.000 en una mezcla de dólares y billetes liberianos, envueltos en una talego plástico al lado de la carretera.
Pudo fácilmente haberse quedado con esa no despreciable cantidad de efectivo, pero decidió dárselo a su tía para que lo cuidara y, cuando el dueño legítimo apeló a través de la radio nacional para que le ayudaran a encontrar su dinero, Emmanuel se presentó.
Aunque algunos lo ridiculizaron por su honradez -la gente se burlaba diciéndole que moriría pobre- su acto conllevó generosas recompensas incluyendo una plaza en el Instituto Ricks, uno de los colegios más prestigiosos de Liberia.
El presidente George Weah le entregó US$10.000 y el dueño de un medio local también le dio dinero, parte del cual fue recaudado de la audiencia televisiva y de radio.
Y el dueño del dinero que encontró donó US$1.500 en bienes.
Además de todo eso y tal vez de mayor significado, una universidad en Estados Unidos reaccionó ofreciéndole una beca completa una vez concluya su educación secundaria.
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