Paul Auster, el influyente escritor que hoy vive un infierno: su hijo está preso por la muerte de su nieta de 10 meses

Paul Auster, el influyente escritor que hoy vive un infierno: su hijo está preso por la muerte de su nieta de 10 meses

El escritor estadounidense Paul Auster. EFE/J.P.Gandul/ Archivo

 

La muerte de una bebé de 10 meses por sobredosis de fentanilo y heroína bien podría ser el inicio de una novela que explore en los complejos recovecos del alma humana, la caída al infierno de una adicción o en una problemática situación familiar salpicada por vaivenes emocionales de toda clase. Para sumar atractivo, el acusado de homicidio por negligencia podría ser el hijo de un escritor de fama global que, a su vez, ha tocado el tema de las complejas relaciones familiares en varias de sus novelas. Si de cajas chinas se trata -así se ha definido más de una vez como marca distintiva el estilo narrativo de Paul Auster-, la situación que atraviesa en la vida real, ahora mismo, está superando cualquier ficción.

Por Infobae





“Gran parte de las 16 novelas de Auster caminarán el abismo del ser hijo y del ser padre sin pretender jamás la redención de un vínculo que parece imposible sin una cuota de desgracia”. La frase del premio de novela Alfaguara 2022 Cristian Alarcón, pronunciada durante su discurso laudatio de Auster, cuando la Universidad de San Martín le otorgó un doctorado honoris causa (mayo de 2014) cobra inesperada resonancia, amplificada por la noticia policial que inundó las redacciones del mundo en la tarde de un sábado de semana santa.

Paul Auster es novelista, ensayista, traductor, guionista y poeta, uno de los personajes más influyentes del panorama literario mundial. Sus creaciones han sido traducidas a más de 40 idiomas. Fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, en 1992. También recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en 2006.

La complejidad de sus novelas radica en un misterio intrínseco, que muchas veces ronda grandes temas existenciales como la búsqueda de identidad y sentido personal, en muchos casos desde tramas que coquetean con el relato policial clásico. A lo largo de muchos libros, Auster pulió este tipo de ambivalencia al cruzar existencialismo y novela negra. Como si Raymond Chandler se encontrase con Jorge Luis Borges, seguramente en Nueva York. Detrás de ese particular estilo, subyace la tentación de buscar -de manera recurrente desde hace cuatro décadas- elementos de autobiografía en sus relatos.

El cuadro familiar se completa con la madre de Daniel: Lydia Davis es considerada como una de las cuentistas más relevantes de la escena contemporánea, traductora al inglés de obras de Proust, Flaubert, Foucault, Blanchot y Leiris, y del holandés A. L. Snijders, bien considerada crítica literaria y profesora de escritura creativa en la Universidad de Albany. Reconocida como una de las mejores narradoras de relato breve de Norteamérica, recibió una prestigiosa beca de la Fundación McArthur en 2003, por su mérito excepcional en el ámbito de la narrativa. Desde 2005 es miembro de la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias, y en 2013 recibió el premio bienal Man Booker Internacional.

Ficción y realidad

La obra de Auster abunda en estas cuestiones y ha abordado desde diversas perspectivas, ciertas pequeñas grandes tragedias familiares, descriptas en general con una leve melancolía detrás de la frialdad con que a veces se sucede el relato. La invención de la soledad (1982) describe el vínculo de ausencia con su padre, muerto a los 67 años. Esa repentina muerte sacudió la vida del autor: todas las preguntas pendientes quedaron sin responder. Entonces comenzó a escribir una memoria en torno a una figura que siempre le resultó elusiva. Esa novela apoyada en la memoria, la soledad y las conjeturas de la ficción, habría de introducir su nombre y apellido como escritor relevante del panorama literario mundial. “Era una masa textual informe, pero allí estaban los argumentos de mis primeras cinco novelas. Gracias a la disciplina y la experiencia que adquirí escribiendo La invención de la soledad conseguí convertirlos en La trilogía de Nueva York, El palacio de la luna y El país de las últimas cosas”, repasó sobre aquel momento.

La noche del oráculo (Oracle Night, 2004) resuena hoy junto con la noticia de la detención de su hijo Daniel. Auster le dijo a The Paris Review que la escribió en “un trance”, y que se lee, de hecho, como un sueño que vuelve -como en casi todas sus novelas- con una extraña desorientación y esas telarañas de subtramas que brotan y a la vez, conectan con un sentido superior de entendimiento. Trata sobre dos novelistas de Nueva York cuya escritura es una exploración profunda de sus relaciones personales. Uno de ellos, veterano y frustrado por la vida, Trause, enfrenta los demonios interiores que lo abordan cada vez que entra en acción un hijo adicto a las drogas, hasta llegar a una violenta escena final. El breve prontuario de su hijo Daniel, difundido junto con la difusión de la noticia, coquetea con esa ficción.

La sombra de la tragedia familiar que se cierne sobre el universo aparentemente -hasta hoy- placentero de un escritor de fama mundial como Paul Auster, disparará análisis literarios-psicológicos de todas las novelas, cuentos, ensayos y poemas. La puerta entreabierta de toda su obra, es un invitación para todo tipo de búsqueda (morbosa inclusive). Si se tratara de una historia propia del universo austeriano, varias de esas historias que van sucediendo a la par, conducirían a un final abierto. Cuánto de todo aquello roza, siquiera, con el verdadero drama que afronta en este momento. Claramente, una vez, la realidad supera a la ficción.