Carlos Ochoa: Tu quieres que te cuente el cuento del Gallo Pelón

Carlos Ochoa: Tu quieres que te cuente el cuento del Gallo Pelón

No fue Jesús de Nazaret el primero en resucitar, antes el propio mesías había resucitado a Lázaro, lo curioso es que siendo de tanta importancia para la humanidad la información que pudo habernos proporcionado Lázaro del otro lado, no existe en los evangelios una sola mención posterior a este personaje, desaparece misteriosamente y nadie se pregunta si contó algo o si es cierto que hay vida después de la muerte.

Algo similar a la experiencia de resucitar le ocurre a algunos políticos que tienen la oportunidad de un segundo debut, el Presidente Betancourt llamó a Jovito Villalba “cadáver insepulto”, Chávez se cansó de repetir que los políticos de la cuarta república estaban muertos y que nunca regresarían, el caso es que si regresaron algunos de ellos, pero como Lázaro parece que sufrieron una especie de trauma post morten que les impide recordar la experiencia en el más allá, lo que es común en los resucitados es que todos quieren estar en el más acá, lo cual levanta sospechas de la vida eterna, pues en el más acá es donde los políticos se hacen ricos y famosos a la sombra del poder o trascienden honestamente ganándose emocionalmente la admiración y el respeto de su pueblo.   

Lo concreto  es que ni Ramos Allup ni Bernabé Gutiérrez han podido convencer a un número significativo de venezolanos que con Acción democrática se vivía mejor, tampoco los copeyanos y parece que sin pasar por la experiencia mística de la resurrección los nuevos profetas de Primero Justicia y Voluntad Popular tienen problemas para ganarse a los venezolanos con la promesa de la tierra prometida después de Nicolás Maduro.





Todo esto me da mala espina y creo que los evangelistas omitieron el testimonio del primer resucitado, porque luego que Jesús le hizo el milagro de traerlo de vueltas a este valle de lágrimas pudo tener un comportamiento no adecuado divorciándose de su mujer que lo lloró tanto y fue una de las que le rogó a Jesús que lo trajera de vuelta, abandonar a su familia e irse de juerga con algunas jóvenes a las cuales les pudo repetir con cara de galán, la frase mágica que contiene todos los poderes para mantener la audiencia cautiva y que no por casualidad también la repiten la mayoría de nuestros políticos opositores, no digo todos porque hay excepciones, esa frase la escuchamos en nuestra tierna infancia  de nuestros padres, tíos y de algún portugués dueño de abasto  al cual queríamos sacarle un crédito, una reconversión de deuda como se dice ahora, la frase en cuestión es “quieres que te cuente el cuento del gallo pelón” y así sucesivamente a una pregunta o requerimiento  obteníamos la misma respuesta infinidad de veces,  hasta que no nos quedaba otra opción que abandonar porque el asunto se convertía en una misión imposible.

Para el chavismo madurismo la cosa es peor porque cuando sean arrojados a la muerte política no tendrán resurrección, no volverán como las golondrinas del poeta Bécquer, hay que creerle a Maduro cuando dice que Chávez resucitó en un pájaro y se le posó en el hombro para decirle, “Nicolás, ninguno de ustedes va a regresar a Miraflores si logran sacarlos, así que atorníllate  a la silla presidencial todo lo que puedas”

Y bueno, hasta ahora Nicolás se mantiene aparentemente atornillado porque la oposición continúa con el cuento del gallo pelón, que debe ser invento de Lázaro hace 2.000 años, se requiere como insisten algunos esclarecidos ciudadanos de un nuevo relato que nos diferencie del autoritarismo militarista y del capitalismo de estado que está enriqueciendo a unos pocos y empobreciendo a la mayoría, un relato que nos saque de la zona de confort política y de la burbuja socialista chavista de los bodegones y conciertos, a la realidad del pueblo sufriente que es la mayoría, que como el apóstol Tomás en su duda pide para creer testimonio, que en política significa bajarle dos a los egos y construir la unidad con propósito, que no es otra cosa que trabajar para convencer a la mayoría que si somos una opción democrática de país, de futuro y prosperidad distinta a Maduro, no sólo para 2024 sino para ya, porque el país no puede esperar tanto para salvar las vidas de los que requieren atención en los hospitales y viven en estado de miseria, de pobreza extrema o padeciendo el desastre de los servicios públicos como la falta de agua y de electricidad y no tienen opciones. Para que el relato opositor convenza tiene que salirse del 2024, porque esa fecha incluye el dialogo cansino  del gallo pelón y el venezolano descontento de todas partes, no soporta más a  los gallos pelones  de la política ni a los que ven mejoras en el desastre cuando su realidad es muy distinta.