Carlos Ochoa: La unidad es la estrategia

Carlos Ochoa: La unidad es la estrategia

La respuesta de Juan Guaidó como corresponde a lo que representa, es una respuesta política al tema de las sanciones, las coloca en una negociación para alcanzar el objetivo de unas elecciones presidenciales libres y confiables, es con ese horizonte que se debe negociar con el régimen, ese es el punto que ha bloqueado  las negociaciones y ha impedido  un acuerdo. Las negociaciones hasta ahora han servido para que Maduro gane tiempo, el hombre atrincherado en Miraflores teme unas elecciones presidenciales producto de un acuerdo y ha hecho todo lo posible para evitar una salida democrática a la crisis. 

La crisis energética que ha generado la guerra en Ucrania, ha motivado a las compañías petroleras a buscar alternativas, en el caso concreto de Venezuela, la petrolera Chevron intenta cobrar a Maduro una deuda cercana al millardo de dólares, según estiman algunos especialistas en esa área y como todo es negocio, las petroleras promueven en Washington una excepción o flexibilización de las sanciones para reanudar operaciones en Venezuela, sin tocar las causas que motivaron al gobierno norteamericano, Canadá y a la Comunidad Europea a tomar esas medidas de presión, para que el gobierno de Maduro de unos pasos en el sentido correcto de la historia.

Pero eso no ha ocurrido y la justicia trasnacional está actuando para que se haga justicia en los casos que se le imputan de violación de derechos humanos al régimen, la Corte Penal Internacional ha considerado que la investigación en curso procede y eso no es negociable, como tampoco son negociables ni prescriben las acusaciones personales que han formulado por presuntos delitos de lavado de dinero y narcotráfico a las principales cabezas del régimen la Fiscalía de los Estados Unidos de Norteamérica, con total independencia de la Presidencia y el Congreso.





La oposición fragmentada en este momento puede recomponerse, tomar un segundo aire y colocar el dialogo con el régimen no sólo en el tema electoral, debe ir más allá y acompañar con firmeza a las personas y organizaciones de defensa de los derechos humanos junto con la víctimas, en una causa que involucre emocionalmente la memoria colectiva de los venezolanos en demanda de justicia. 

Maduro está acorralado por la justicia internacional y con lo de Ucrania y el alineamiento  con Putin, es posible que le lluevan nuevas sanciones que le hagan más difícil mantenerse en el poder sin negociar, la estrategia de la oposición no sólo debe parecer firme, tiene que serlo, recordemos la lección de ética política que nos dejaron los romanos respecto a  la mujer del César,  que no sólo debe parecer honesta sino serlo. 

El régimen de Maduro ha logrado por todas las vías dividir a la oposición y convencer a sectores importantes que su oportunidad está en 2024, pero ese escenario responde a la imposición de un relato que aprovecha la dispersión opositora y el ego desesperado por alcanzar protagonismo de algunos dirigentes, 2024 está muy distante y la verdad que la oposición tiene que estar preparada para una eventual elección antes de esa fecha, porque esta vez Maduro la tiene difícil y su aliado principal Vladimir Putin no va a salir sano del horror que está cometiendo en Ucrania, lo que obliga a Maduro a pensar en su futuro y en revisar la posibilidad de sentarse como debe a negociar, no para ganar tiempo como hasta ahora ha hecho, sino para darle aunque sea obligado por las circunstancias, una oportunidad democrática al pueblo venezolano de elegir libremente su destino.