Un segundo físico ruso condenado por alta traición murió de cáncer dos semanas después de ser liberado por motivos de salud, informaron hoy fuentes de derechos humanos.
Román Kovaliov, científico del TsNIIMash, instituto de investigación vinculado a la agencia espacial rusa, Roscosmos, salió en libertad el 13 de abril debido a que sufría un cáncer muy avanzado, según el proyecto de derechos humanos Primer Departamento.
La Justicia rusa, que había condenado en 2020 a siete años de cárcel a Kovaliov, dictaminó que el físico no podía seguir cumpliendo su pena.
Kovaliov, cuyo juicio se celebró a puerta cerrado debido a que los materiales del caso eran considerados secretos de Estado, admitió su culpa. Su esposa había muerto unos días antes de su liberación.
Era discípulo de otro científico del mismo centro, Víctor Kudriavtsev, que falleció hace un año también de cáncer después de pasar 18 meses en prisión preventiva.
Aunque la acusación ofreció un ventajoso trato a Kudriavtsev en caso de colaboración, éste siempre se negó a acusar a su compañero y pupilo.
Sus abogados acusaron entonces al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) de minar su salud el avance de la ciencia en Rusia con acusaciones fabricadas.
Tanto su hijo como su abogado informaron en su momento a Efe de que Kudriavtsev no trabajaba con secretos de Estado, algo que confirmó el Instituto de Hidrodinámica von Karman con sede en Bélgica, al que supuestamente el científico ruso envió algunos correos con información privilegiada.
Según la prensa, a los dos científicos se les acusó de desvelar los resultados técnicos del uso de la tecnología supersónica en el misil Kinzhal y el sistema Avangard.
Precisamente, dicha tecnología es una de las prioridades del programa de desarrollo de armamento de nueva generación aprobado por el presidente ruso, Vladímir Putin, que lo presentó a bombo y platillo en 2018.
Putin amenazó hoy mismo a Occidente con “ataques relámpago” con dicho armamento en caso de injerencia en Ucrania que amenace la seguridad estratégica de Rusia. EFE