Alarma por la mosca negra en España: se ha expandido y puede inocular distintos virus

Alarma por la mosca negra en España: se ha expandido y puede inocular distintos virus

Foto de una mosca negra. Fritz Geller-Grimm

 

La especie autóctona de España denominada “mosca negra” podría suponer un riesgo para la salud, ya que podría ser transmisora de enfermedades a través de su mordida si porta un virus. Entre las causas que han provocado que la población de esta especie haya aumentado están, principalmente, el cambio climático y la globalización.

Por 20minutos.es





Jorge Galvándirector general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), ha explicado a 20minutos que “en general la tenemos en todo el territorio nacional, porque no es una especie invasora, es autóctona de España, pero es verdad que en las comunidades de Andalucía, Aragón, Cataluña, Madrid, Murcia y Valencia sí se han activado las alarmas, por decirlo de alguna forma, y se ha avisado porque había una presencia grande“.

Causas del aumento de la población de mosca negra

Galván señala que la mosca negra, “al igual que otros insectos, ha ido ampliando su zona de reproducción y por tanto su presencia, porque los insectos no regulan su propia temperatura, viven según la que hay en el medio, y cuando son propicias, ellas se desarrollan.

“El aumento de las temperaturas ha hecho que aparezcan en sitios que antes no estaban” apunta el experto. Además, esto también ha favorecido que su ciclo biológico se haya acelerado, lo que significa que “es capaz de reproducirse más veces en el mismo periodo de tiempo, por lo tanto, está en más sitios y se reproduce a más velocidad”.

Más concretamente, el hábitat en el que suelen estar presentes “es en cauces de agua corriente y además de agua bastante limpia”. “Como los ríos cada vez se están cuidando más, esto ha propiciado que se desarrolle la vegetación que se desarrolla dentro del agua, los macrófitos, que son el hábitat perfecto para la reproducción de la mosca negra, porque necesita de esa calidad de agua y de vegetación para reproducirse”.

Por qué son un problema

El problema reside en que, si el virus de una enfermedad zoonótica (que se transmite de animales a humanos) lo adquiere la mosca negra, esta sería una especie que sería potencialmente un vector.

Galván recuerda que hace 2 años, en Andalucía, el virus de la fiebre del Nilo occidental se transmitió a las personas por medio de mosquitos que, previamente, habían extraído sangre de un organismo que estuviera infectado.

“Tenemos claro que es capaz de inocular, porque al acceder al torrente sanguíneo para sacarle sangre al organismo para poder hacer la puesta de huevos, en ese momento puede inocular. Los virus que podrían ir en la mosca negra son potencialmente muchos, pero dentro de los que se transmiten por sangre” explica.

Es por esto que advierte de que “lo principal es que cuando hay una especie que es potencialmente un vector, hay que tenerlo en los más bajos niveles para en caso de que entrara un virus, los niveles de transmisión fueran muy bajos“.

Galván también señala que las enfermedades que podrían transmitir estas moscas, podrían ser enfermedades “de fondo de saco epidemiológico, es decir, que no se transmite a otros organismos, o puede ser, como ha sido en el caso del covid-19, que además de sufrirla, se transmita la enfermedad”.

Según Galván, “hasta ahora, la que ha transmitido es la oncocercosis, que empezó en África y viajó a zonas como el amazonas. Es la que se ha datado hasta ahora, la mosca negra puede ser transmisor de otras enfermedades que se transmitan por vector, pero no tenemos noticia de ellas”.

Medidas de prevención

Galván ha explicado que, para que no vuelva a darse casos como el del virus de la fiebre del Nilo en Andalucía, lo más importante es la prevención, y debe ser desarrollada tanto por la administración como a título personal.

“Lo primero que se hace es una gestión ambiental de los ríos, para tener en cuenta la vegetación que va a ser el hábitat de este animal. Después se hace una vigilancia y monitoreo de las poblaciones que hay de larvas y adultos, para desarrollar un plan de acción, actuando siempre preferentemente sobre las larvas.”, explica el experto.

“El tratamiento de las larvas se hace con un insecticida de acción biológica, porque tiene un menor impacto ambiental y compatible en la aplicación de cauces fluviales, no afecta a las personas” señala Galván.

En el caso de ya haber población adulta, se llevarían a cabo “tratamientos adulticidas“. El director de la ANECPLA señala que “la última fase es la información a la ciudadanía, que es un básico”, además de que “lo mejor es que el tratamiento sea rutinario para no dejar que se expanda”.

La mosca negra es parecida a una mosca común, pero puede diferenciarse gracias a su tamaño, que es “más reducido, entre 1,5 y 5 milímetros y porque en el tórax tiene como una chepa, que hace que parezca una avispa”.

Galván explica que al morder, “la mosca inyecta un anestésico que hace que la persona no note que está mordiendo, sino que se nota después de que el efecto pase”. “Produce un desgarro de la piel, una herida, por ello y hay que evitar rascarse, así como aplicar hielo”.

Desde ANECPLA, señalan que las medidas que puede aplicar la ciudadanía son:

Vestirse con ropa clara, sin colores demasiado llamativos que puedan atraer a los enjambres.

Evitar pasear por el curso de los ríos o zonas cercanas a los mismos, especialmente a primeras horas de la mañana y a última hora de la tarde.

Instalar mosquiteras en puertas y ventanas en las zonas de riesgo.

Evitar la acumulación de agua en el exterior de la vivienda y mantener cubiertos los depósitos de agua.

Controlar los desagües.

Utilizar repelentes certificados (sobre todo los que contienen citronela).