Abraham Sequeda: La estratagema del poder político contra la completa libertad

Abraham Sequeda: La estratagema del poder político contra la completa libertad

Si las libertades políticas, económicas y civiles no son completas, toda acción se convierte en aliada del poder central para el control del país.

El poder político (estructura central) aplica con rigurosidad y sin piedad las estrategias que le han sido útiles para mantenerse en el poder y además disponer de los recursos económicos de toda naturaleza sin ningún tipo de planificación ni contraloría.

Para calamidad de todos, debemos reconocer que una proporción importante de habitantes de Venezuela se complacen de esto, otros se adhieren sin más remedio, otros ceden a sus efectos y otros se adaptan. Dentro de los que se adaptan existen los que se conforman y una cantidad importante de los que tenemos la visión de un país muy diferente, mejor.





La estructura política central actual, conoce muy bien el comportamiento promedio del ser humano venezolano, de los últimos 60 años y quizás más atrás. Una pesadilla que parte antes de la república con una economía extractiva, luego todo el siglo XIX con las guerras por el poder y los caudillos todopoderosos, hasta adentrarse en el siglo XX, para entregar el testigo a organizaciones políticas, muy influenciadas por preceptos comunistas, que hasta nuestros días acaparan el poco talento para pensar solamente en la distribución y la redistribución de la riqueza.

La aparente recuperación económica de la que hoy se habla, es el sello de la desdicha de siempre, esta solo se debe al repunte de la actividad petrolera, de cuyo botín todos quieren su pedazo. Que tristeza, por decir lo menos, que hasta de centros académicos (muy alejados de la realidad), se reclama una tajada de la redistribución, porque es el Estado y hoy el gobierno, quien marca la pauta de lo que se hace y como se debe hacer.

Al igual que la estatua de oro, plata, hierro pero pies de barro, del sueño del Rey Nabucodonosor, todo será pulverizado, porque hoy lejos está Venezuela de dar forma al liberalismo político, la norma jurídica y la independencia de poderes, lo que permitiría garantizar las libertades económicas y las del individuo y sus potencialidades. Aquí la fuerza de empuje debe ser de todos los ciudadanos decentes, organizados o no; contra el Estado, para reducirlo.

Nada debe detener esta oportunidad, la limosna, el pedir tajada, la contratación colectiva, el sueldo justo y todo ese demonio que representa el Estado distribuidor y redistribuidor de riqueza debe desaparecer. Solo así la libertad será completa.

@abrahamsequeda