El rostro del mal: se casó cinco veces, mató a dos esposas y torturó a todas

AFP

 

El 15 de enero del 2020 llegó el final para un asesino con antecedentes de violencia contra las mujeres. Fue ejecutado por disparar a su esposa, quien temía que nunca saldría viva de su matrimonio.

Por: Clarín





John Gardner, de 64 años, recibió ese día una inyección letal en la penitenciaría estatal de Huntsville, por el asesinato de Tammy Gardner, en enero de 2005. Los fiscales dijeron que la pareja se estaba divorciando cuando Gardner irrumpió en la casa de su esposa, en el norte de Texas, y le disparó en la cabeza mientras estaba sentada en la cama. Ella murió dos días después en un hospital.

Cuando el director le preguntó si tenía una declaración final, Gardner, atado a la camilla de la cámara de la muerte, giró la cabeza y se disculpó varias veces con el hijo, la hija y la madre de su esposa, que miraban a través de una ventana a unos metros de distancia.

“Me gustaría pedir perdón por tu dolor”, dijo. “Espero que lo que haga hoy te dé paz, alegría, y cierre lo que sea necesario para perdonar. Lo siento. Sé que no puedes perdonarme, pero espero que algún día lo hagas”.

Después de decirle a varios amigos que miraban a través de una ventana adyacente que los amaba, se disculpó nuevamente y agregó que no quería hablar mucho y que le pediría al alcalde que continuara con su castigo porque: “Quiero ver al Señor Jesús”.

Poco después de que comenzaran a aplicarle la dosis letal del poderoso sedante pentobarbital, Gardner respiró hondo tres veces y luego comenzó a roncar. En segundos, todo movimiento se detuvo. Fue declarado muerto 16 minutos después.

SUS ESPOSAS: TORTURADAS Y ASESINADAS

Sus abogados de apelación le habían pedido a la Corte Suprema de los Estados Unidos que interviniera, alegando que sus abogados litigantes no eran efectivos, particularmente por no presentar evidencia de que Gardner sufría de “ira por abandono”, una condición que según Gardner hace que los hombres maten a sus compañeras con fuerza excesiva cuando se enfrentan a un abandono reciente o inminente.

Los fiscales en el juicio describieron el matrimonio entre John y Tammy Gardner como breve pero violento. Ella era la quinta esposa de Gardner. La pareja se casó en 1999.

“Era un abusador clásico”, dijo Curtis Howard, quien fue uno de los fiscales de la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Collin.

Los amigos y familiares de Tammy Gardner, de 41 años, declararon que vivía con el miedo constante de John Gardner, quien la golpeaba, la estrangulaba y la amenazaba con un arma.

?Tammy Gardner había querido divorciarse de su esposo, pero le dijo a su jefe en una empresa mayorista de equipamiento para caballos: “No puedo irme, él me matará”.

En diciembre de 2004, Tammy Gardner solicitó el divorcio después de pedir prestado dinero de su compañía para hacerlo.

En el trabajo, marcó el 7 de febrero de 2005 en su calendario, la fecha en que su divorcio sería definitivo. Ella se acercaba al calendario y decía: “Ya casi estás allí. Ya casi estás allí”, según el testimonio del juicio.

Pero en algún momento entre las 11 de la noche y la medianoche del 23 de enero de 2005, solo 15 días antes de que el divorcio llegara a su fin, John Gardner, quien conducía desde Mississippi, irrumpió en casa de Tammy en Texas, y le disparó en la cabeza mientras estaba enferma en cama.

A pesar de que le dispararon, Tammy Gardner llamó al 911 y le dijo a un operador que su esposo la había disparado y que se había ido en una camioneta blanca con placas de Mississippi.

Fue hospitalizada pero entró en coma y fue retirada del soporte vital dos días después.

En la petición ante el Tribunal Supremo, Lydia Brandt, una de las abogadas de Gardner, había argumentado que si se hubieran presentado pruebas de ira por abandono en el juicio, lo habría humanizado “proporcionando así una base para una sentencia sin pena de muerte”.

Howard dijo que la teoría no habría marcado una diferencia en el juicio porque el abandono no estaba relacionado con todos sus muchos actos de violencia, que incluyeron disparar a su segunda esposa, que estaba embarazada en ese momento y luego murió por las lesiones resultantes, secuestrar a su tercera esposa a punta de cuchillo y golpear salvajemente a la hija de su tercera esposa.