Carlos Ochoa: Divide y vencerás

Hay países en crisis y en guerra en donde los bandos y  las realidades están definidos, en el caso de Ucrania el mundo reconoce quien es el agresor y quiénes son los agredidos, allí no cabe la menor duda que el ejército de Putin son los malos de la película. En Venezuela Maduro y sus muchachos por la cantidad de denuncias de violaciones a los derechos humanos y políticos, la enorme cifra de venezolanos que han perdido la vida y han abandonado el país por distintas razones, las sospechas de manejo de dinero opaco, la concentración de los poderes en un ejecutivo todopoderoso y la agresión permanente a los dirigentes políticos que ni se compran ni se venden al régimen, dejaban en claro al mundo democrático quien era el representante del mal y el responsable del desastre en que vivimos los venezolanos.

¿Qué ha pasado para que la percepción de Maduro y su gobierno internacionalmente hayan detenido su caída? Obviamente hay una inversión fuerte en lobbies, bufetes importantes, congresistas y representantes de diversos países que se están moviendo a favor de una reducción de las sanciones a cambio de unas supuestas concesiones para activar la ruta democrática como salida a la crisis, sin que se tenga para nada claro de cuál ruta democrática se trata y cómo para cuando. El caso de los Estados Unidos, declarando una cosa para desmentirla luego o edulcorarla según pise un callo o moleste algún poder, es el mejor ejemplo de la diplomacia sin energía, o más bien en busca de ella como hemos visto con la petrolera Chevron.

Recientemente vi una entrevista que le hizo la periodista de la revista Semana de Colombia Vicky Dávila al candidato de la izquierda Gustavo Petro, quien según sondeos de opinión tiene la primera opción para ganar la presidencia en Colombia, aquí cabe preguntarse que tanto ha cambiado la izquierda colombiana con grupos aún en armas dedicados al delito, para que tenga tamaña oportunidad de hacerse nada más y nada menos que con la Presidencia de Colombia. Vamos a reconocer que la clase política que ha gobernado Colombia por muchos años tuvo que enfrentarse a la guerrilla, los paramilitares y a las diversas bandas que operan y controlan territorios y distribución a gran escala de cocaína y mariguana lo cual es una situación compleja y difícil para implementar un intenso programa de desarrollo. Petro responsabiliza a los gobiernos democráticos de la sustitución de cultivos por coca por no emprender una verdadera reforma agraria, promete una reforma agraria con intermediación del gobierno, cuando en la comparación que hace de Colombia y Corea del Sur, el país asiático implementó en los años 50 posterior a la guerra que dividió al país y en la cual participó el ejército colombiano,  un régimen de propietarios sin intermediación de gobierno alguno como pretende vender Petro ahora y ha mantenido la izquierda y la guerrilla colombiana por más de medio siglo, nada nuevo que oír, nada nuevo que esperar del gran trofeo de la izquierda latinoamericana que traería más perjuicios que beneficios a la región.





Pero vamos a responder la pregunta que nos hacemos en esta nota, Maduro detuvo su caída porque ha trabajado incansablemente para mantener a la oposición dividida, rebanada, pensando en una unidad electoral como la del 2015, cuando el momento exige unidad de propuesta y de propósito, renovación de ideas más que de personajes. Petro tiene la primera opción en Colombia porque los partidos democráticos colombianos han convertido la elección en un torneo de acusaciones y descalificaciones y se presentan profundamente divididos, con poca capacidad de trasladar en una eventual segunda vuelta voluntades al candidato que compita con Petro. 

Así que la vieja conseja de divide y vencerás (Divide et Impera) tiene plena vigencia para la política de antes en tiempos de Cayo Julio César hace más de 2.000 años  y la de ahora. La intención de sabotear la Cumbre de las Américas con el pretexto de la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua va a resultar un termómetro interesante, si los Estados Unidos invita a los impresentables estará dando una muy mala señal al resto del continente y el Síndrome del César en manos de los despostas latinoamericanos tendrá un avance importante. El publicitado reinicio de las conversaciones en México dependen de lo que los Estados Unidos decida, por si acaso Maduro ya asomó de nuevo las pancartas de Alex Saab, como excusa para no sentarse si como parece su asistencia a la cumbre no se concreta y lo dejan como la guayabera, me pregunto si hay algún plan de este lado si Maduro congela de nuevo o si vamos a esperar el regreso imposible como el personaje alucinado  de la canción de Maná el muelle de San Blas.