Paneles solares y bombas de calor en casas, tiendas y oficinas: así quiere Europa liberarse de la energía rusa

 

La Comisión Europea es consciente de la imposibilidad material de desengancharse por completo del gas natural ruso a corto plazo: un año o año y medio vista. Para hacerlo posible en un horizonte más amplio —dos o tres años—, sin embargo, su plan pasa por asegurarse tantos nuevos contratos de suministro desde países amigos que hasta ahora no tienen una gran relevancia en su matriz importadora hasta la puesta en marcha de una batería de medidas encaminadas a reducir al máximo el consumo (eficiencia y ahorro energético) y a generar su propia energía limpia (renovables).





Por El País

“El sistema energético de la UE sufrirá una transformación estructural”, esbozan los técnicos de la Comisión Europea en el llamado REpowerEU, el programa de iniciativas encaminadas a reducir drásticamente su dependencia energética de Moscú. “Ningún Estado miembro puede hacer frente por sí solo a este reto: al llevar a cabo conjuntamente la evaluación de las necesidades y la planificación, realizar compras conjuntas y aumentar la coordinación, garantizaremos que la eliminación progresiva de nuestra dependencia de los combustibles fósiles rusos sea factible y asequible para todos los Estados miembros”, añade, apelando a la unidad en un momento en el que Rusia ya ha empezado a decretar los primeros cortes de gas a países del bloque. Polonia, Bulgaria y Finlandia han sido sus primeras víctimas, pero pocos dudan de que habrá más.

Ni un tejado sin placas

Por primera vez desde la era de esplendor del carbón, la UE tiene la posibilidad de contar con fuentes propias de abastecimiento de energía: el sol y el viento. Una oportunidad de oro, tanto en lo económico como en lo geopolítico y en lo ambiental que no puede desaprovechar. El autoconsumo está llamado a jugar un papel clave: podría cubrir, según los cálculos del Ejecutivo comunitario, hasta el 25% del consumo total de electricidad en los Estados miembro, una fracción mayor de la que hoy se obtiene mediante la quema de gas natural. “Hace falta acción inmediata”, reclama.

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