Padre, por @ArmandoMartini

Padre, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

El Día del Padre es celebrado engrandeciendo el amor a progenitores, abuelos, padrastros o cuidadores. La familia se reúne, los regaloneamos, mimamos con ternura y otorgamos un regalo hecho en el colegio; el infaltable dibujo, preparado con días de anticipación con esmero, cariño y creatividad para sorprender. Sin duda, ese día da la oportunidad de honrar y reconocer la labor paterna e influencia que ejercen en la vida de sus hijos.

Recordamos cuanto los queremos, dando gracias por su amor y entrega. Sin embargo, la sociedad manifiesta cambios, de igualdad y responsabilidad. Hay que reconocer que hoy los padres se involucran más, en cuanto a la crianza, educación, cuidado, y tareas compartidas con sus parejas.

Es fácil escribir sobre nuestros padres, los describimos favorables en lo físico y destacamos sus cualidades personales. Difícil, si se quiere ser justo en medida plena, todo padre es un ser humano con virtudes y defectos. Cuando somos niños sólo distinguimos dignidades y sobriedades. En la adolescencia encontramos defectos -lo que no guste, castigos, regaños y lo remolón de los permisos para salir de fiesta-. Al ser adultos, empezamos de nuevo a observarlos con generosidad hasta que nos convertimos en padres y comprendemos, “¡cuánta razón tenía papá!”.





Siempre son gratos recuerdos, la percepción agradable, amena y placentera a pesar del tiempo ausente. Creemos, con auténtica y honesta sinceridad, que fueron hombres dignos de admiración, trabajadores, técnicos y profesionales destacados, profesores, maestros impecables y apreciados; esforzados servidores públicos/privado, maridos responsables, dedicados; y acertados padres de familia, persistentes en el buen ejemplo.

Aún más allá de las cualidades que quienes lo trataban y conocían le sentían, lo que más se inmortaliza es su constancia en el respeto y amor familiar. La generosidad sin derroches y el enamoramiento de mi madre y hacer buena pareja; cabeza compartida de familia, guía por una forma de ser, y gestión del destino. La conciencia de ser nosotros personas de bien porque así debíamos y queríamos ser, sin pensar en prebendas ni reconocimientos que vendrían o no, pero serían consecuencias y no objetivos.

Recordamos el empeño en servir, no hablar por hablar, por lucirse, sino como consecuencia de pensar, reflexionar, analizar, contrastar con los principios y la conciencia. Ser útil. Hombre de leyes, con él y su ejemplo aprendimos a respetarlas y luchar por reformas, si las que teníamos no eran las apropiadas. Pero no a pelear rompiéndolas, sino respetándolas.

Ocupó cargos públicos con esa forma de ser, y el mejor sentimiento es que nunca dio motivo para avergonzarse, rindió cuentas y respetó la palabra empeñada. Supo ser ejemplo sin aspavientos, ni explicaciones innecesarias que muchas veces no son más que justificaciones de los errores. 

El papel paterno favorece la educación infantil, desarrollo afectivo y emocional. Un proceso para la personalidad, que enriquece relaciones con el resto en el futuro; generador de herramientas para enfrentar y resolver problemas, un modelo para generar su propia identidad. Referencia, que va definiendo, por ejemplo: su forma de ser, cómo va a actuar, precisará sus intereses y la manera de ver el mundo. 

La relación padre/hija aporta lo suficiente para utilizar aspectos masculinos que son útiles para ella en su actuar: establece límites en la relación con otros, dándose a respetar con los demás, siendo clara en lo que quiere y firme en sus posturas. Sin restar importancia a la correspondencia que los hijos observan de su madre y padre como facsímil en su futura relación de pareja.

Importante presencia y convivencia en lo cotidiano, armónica, espontanea, con interacciones que permitan descubrir su padre no es ideal, que se equivoca, comete errores, permitiéndole al niño construir la formación de su persona; usando el juego como intermediario para una buena relación, sin exagerar autoridad, ya que, un desarrollo sano, necesita límite, disciplina y hábitos siempre acompañados con amor y comprensión, 

Sólo tengo buenos recuerdos, orgullo, satisfacción, y la preocupación por merecerlo. ¡Que Dios te tenga en la gloria, tan dueño y merecedor de tu sitio como en los corazones de tus hijos!

@ArmandoMartini