Escándalo en cárcel de España: preso yihadista intentó cortar el cuello a un funcionario con una lata

El centro penitenciario Murcia II, en Campos del Río, Murcia.MARCIAL GUILLÉN / EFE

 

 

 





 

La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), sindicato exclusivo en el ámbito penitenciario, ha denunciado una grave agresión ocurrida este viernes en el Centro Penitenciario Murcia II, asì lo reseñó 20 MINUTOS.

En el módulo 9, a las 18:00 horas, un interno yihadista clasificado en segundo grado y que se encuentra dentro del Fichero de Especial Seguimiento, en su modalidad de Control Especial (FIES V), le provocó un corte en el cuello a un funcionario con una lata. El funcionario se intentó proteger con la mano, sufriendo además heridas en un dedo.

Otros funcionarios de servicio en el centro entraron a la sala de día, con escudos y material antidisturbios, para reducir al interno, que propinó a otro trabajador una patada en la cara, provocándole lesiones en la nariz y sangrando abundantemente. Con gran esfuerzo se pudo reducir al interno y trasladado al departamento de Aislamiento.

Ante la gravedad de ésta situación, desde la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), expresan su preocupación “por la nota en la que los funcionarios de prisiones eran considerados objetivos yihadistas y que APFP envío al Ministerio del Interior, sin que hasta la fecha se haya recibido respuesta”, explican.

Para la APFP esta agresión “es fruto del buenismo de la Secretaría General en relación a los internos, el olvido institucional que sufren los funcionarios de prisiones por el Gobierno, que nos han dejado a merced de los internos para que nos golpeen sin ningún tipo de consecuencia penal”.

La APFP reclama al Ministerio del Interior un Estatuto propio como marco normativo, el pase al grupo B del Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias, el reconocimiento de los trabajadores penitenciarios como agentes de la autoridad; adecuación de los medios coercitivos modernos y adecuados de autodefensa y un incremento de las plantillas para ajustarlas a las necesidades reales de los centros penitenciarios para minorar las agresiones que padecen los trabajadores penitenciarios, así como una actualización retributiva con la equiparación salarial con nuestros compañeros/as de Cataluña, “igual trabajo igual sueldo”.