Luis Barragán: Constitucionalistas de aula y de hecho

Luis Barragán: Constitucionalistas de aula y de hecho

Luis Barragán @LuisBarraganJ

Despedido el siglo XX, Venezuela se convirtió en un magnífico laboratorio para Fidel Castro y sus secuaces. Marcó toda una pauta, ahora, actualizada en países como Chile y que seguramente seguirá Colombia: una constituyente a la medida de los intereses de la nueva oligarquía política que no tardará en hacerse económica.

En nuestro país, ¿estuvo planteada real y urgentemente una distinta Constitución? ¿Acaso, no crearon una poderosísima ilusión en torno a la constituyente como solución ipso facto de todos nuestros problemas? ¿No es deudora la Carta de 1999 de las propuestas de reforma de principios de la década, respecto a sus aspectos más sobrios, coherentes y convincentes? ¿No ha sido persistentemente violentada en más de veinte años? ¿No lo hemos denunciado millones de veces, incluso, en las plenarias del parlamento enfrentando adicionalmente a los palcos (por ejemplo

 





 

Pretendiendo reglar absolutamente toda la vida social, al sur del continente sobresale un proyecto constitucional de más de quinientos artículos que inutiliza la propia existencia del derecho constitucional. Mirando atentamente Castillo del Perú a Boric de Chile, nada, completamente nada, augura un camino diferente al de los venezolanos, cuya voluntad en un referéndum constitucional jamás fue respetada y el régimen implementó su fracasado proyecto en los próximos quince años, sin el menor rubor de quienes lo defienden dentro y fuera de la cátedra, dentro y fuera del país.

A todas estas, la propia Cuba pasa ilesa y ahí si cabe respetar por completo la autonomía y soberanía de los pueblos para todo constitucionalista de aula o de hecho que, inseguro, cavila sobre el futuro latinoamericano (y caribeño). Desde su origen, la Constitución cubana fue una aberración al jurarse como fruto de la discusión de las organizaciones de base, como si éstas hubiesen existido plural y libremente junto a los medios de comunicación social igualmente libres y plurales; al respecto, recomendamos un breve texto de opinión suscrito por Amalio Fiallo para El Nacional de Caracas (1976), desafiando la absurda posición asumida por Luis Beltrán Prieto Figueroa (https://apuntaje.blogspot.com/2022/07/cuba-la-olvidada.html).

Todos nos convertimos en constitucionalistas con el simple enunciado de una constituyente, su realización y el parto de una propuesta, perdiendo los datos fundamentales en torno a la realidad a la que se desea estafar. A modo de ilustración, por cierto, el propio debate constituyente venezolano de 1999 estuvo muy lejos de ser ejemplar.