Lo que se juega la Nasa con las primeras imágenes del telescopio James Webb

Lo que se juega la Nasa con las primeras imágenes del telescopio James Webb

Imagen previa del telescopio espacial James Webb.NASA

 

La sociedad quizá se pregunta por qué merece la pena gastarse 10.000 millones de dólares (unos 8.828 millones de euros) en un telescopio 50 veces más caro que su predecesor, el Hubble. Sus primeras fotografías tienen la respuesta.

Por TheConversation





El espía que surgió del frío

Mostrar argumentos convincentes de la utilidad de la ciencia es un espectáculo de malabares, y un pequeño fallo acabaría con mis pelotitas en el suelo. Quizá me atreva a ponerme reivindicativa ante la embriaguez del espectáculo que el JWST promete brindar.

Pero baste por ahora un argumento puramente científico para poder valorar el valor que tendrán sus impactantes imágenes.

Poner un telescopio en el espacio es carísimo, está claro. Pero ¿por qué tan lejos? Sencillamente porque permite optimizar su funcionamiento en el rango de la radiación infrarroja. Con esto el telescopio James Webb complementa el trabajo del telescopio Hubble, un veterano que investiga el visible y el ultravioleta.

Las señales astronómicas que nos llegan del espacio son un bien escaso. Y por ello conviene librarse de los competidores. Las moléculas de agua de la atmósfera tienen mucha avidez por las ondas infrarrojas. En cambio en la profundidad y el frío del espacio los detectores se libran de esa molestia. Y lo mismo sucede con los calentamientos no deseados causados por las propias piezas del instrumento. Esto se consigue con un complicado dispositivo llamado enfriador acústico.

Esa pieza clave del JWST se vale del efecto Joule-Thomson, según el cual un gas se enfría cuando la presión sobre él disminuye. Poco podían imaginar aquellos dos pioneros cuán lejos iba a llegar su entusiasmo por la física básica. Eso nos da una idea de que es posible que muchos avances propiciados por la investigación más fundamental alcancen también los confines del saber y del propio universo.

 

 

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