Diego Arria: Guerra y terrorismo en el corazón de Europa

Diego Arria: Guerra y terrorismo en el corazón de Europa

Diego Arria Salicetti | archivo

 

 

 





La singularidad de este libro de Diego Arria es que escribe en primera persona sobre acontecimientos mundiales que ponían en peligro la paz y la seguridad internacionales a partir del colapso de la Unión Soviética. No se trata, pues, de la visión de un observador distante, sino de un actor de hechos en los que participó activamente como miembro y presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: desde la invasión a Kuwait y sus secuelas y las sanciones aplicadas a Libia por sus acciones terroristas, hasta las sangrientas guerras en los Balcanes durante los años noventa y sus consecuencias que se evidencian incluso hoy.

Arria recoge sus experiencias de manera independiente, sin otra agenda que no fuera su firme compromiso con los principios y fundamentos de la Carta de las Naciones Unidas, sistemáticamente violada por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, a los que denuncia de manera documentada y muy severa.

Las conversaciones no públicas del Consejo cobran vida en este testimonio de Arria, quien en todo momento entendió que su responsabilidad en las Naciones Unidas, además de representar a su país en ese organismo, era con la comunidad internacional. En estas páginas tampoco elude censurar la actuación del secretario general de la ONU por su continua y sumisa complicidad con los intereses particulares de los miembros permanentes.

Su descripción de esas connivencias pone de relieve la turbia tolerancia de los países más poderosos del planeta a la hora de actuar ante asuntos de tanta gravedad como la limpieza étnica y el genocidio, y el doble rasero que han adoptado para juzgar a promotores de guerras —como Sadam Hussein, Muamar Gadafi y Slobodan Milosevic— y actos de terrorismo internacional.

«Mientras arde la guerra en el oriente de Europa, las memorias de Diego Arria de su tiempo como embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas (1991-1993) y presidente del Consejo de Seguridad de la ONU no podrían ser más oportunas. Entre las experiencias que se relatan en este libro, cuya publicación esperé por mucho tiempo, se encuentran su advertencia sobre un inminente genocidio de la población bosnia musulmana de Srebrenica, así como la adopción de la llamada Fórmula Arria, iniciativa suya que desde hace 30 años propicia reuniones informales de los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con dirigentes políticos, sociales y académicos de países en situaciones de conflicto. Su caracterización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como “un salón sin vistas” cobra apremiante actualidad al comprobarse el total fracaso del organismo a la hora de enfrentar desafíos tan críticos como la invasión rusa de Ucrania; entre otras razones, porque, absurdamente, quien presidió el debate en el seno del Consejo sobre una resolución que condenara semejante atrocidad fue el representante ruso. Nada ilustra mejor el argumento de Arria sobre las insuficiencias de la ONU, que necesita, desesperadamente y a toda prisa, una reforma estructural profunda para poder desempeñar las funciones y obligaciones previstas en su Carta constitutiva».

Niall Ferguson.

Escritor e historiador. Milbank Family Senior Fellow, Hoover Institution, Stanford University

“Esta es la primera vez que nos llega un testimonio así. Desde dentro, y bajo la mirada de uno de sus actores rebeldes, las Naciones Unidas tal y como son. Sus compromisos. Sus fracasos. Y, a veces, como en la guerra de Bosnia y el sitio de Sarajevo, un hombre de buena voluntad, un Don Quijote que enfrenta la organización y salva el honor. Entonces conocí a Arria. Sé cuántos le deben la vida.”