Brutal asesino serial en California de los años 80 finalmente fue descubierto

Brutal asesino serial en California de los años 80 finalmente fue descubierto

Captura de pantalla de conferencia de prensa del fiscal de distrito del Condado de Orange en California, EEUU

 

El de Reuben J. Smith es uno más de los casos de asesinos en Estados Unidos cuyos casos habían quedado congelados sin resolver y que, finalmente, la tecnología genética ha logrado resolver décadas después de que esos crímenes fueran cometidos.

Por Infobae





Los homicidios que ese hombre cometió tuvieron lugar en el estado de California, en la década de los 80, sin que las investigaciones pudieran establecer su identidad.

El primer asesinato fue el de Shannon Rose Lloyd, una mujer de 23 años cuyo cuerpo fue encontrado en 1987 dentro de una habitación que alquilaba en Garden Grove, en el Condado de Orange. La Oficina del fiscal de distrito de dicho condado, estableció entonces que la víctima fue abusada sexualmente y estrangulada hasta la muerte.

El segundo asesinato fue dos años después, en 1989. La víctima en esa ocasión fue una mujer de 27 años identificada como Renee Cuevas, cuyo cuerpo fue encontrado en la antigua Base Marina El Toro en Irvine, una ciudad del mismo condado.

Ya en 2003, un laboratorio criminalístico había vinculado ambos asesinatos, sin tener pista de la identidad del autor.

Así, ambos crímenes permanecieron congelados sin respuesta hasta el año pasado, en 2021, que un equipo de genealogía genética de investigación identificó Reuben J. Smith como el probable asesino. Y el este 25 de julio, el fiscal de distrito del condado de Orange, Todd Spitzer, confirmó que él fue el homicida.

Captura de pantalla de conferencia de prensa del fiscal de distrito del Condado de Orange en California, EEUU

 

Smith vivió en la década de 1980 en California, temporada en la que cometió ambos asesinatos. Luego, en los 90 se mudó a Nevado. Y en 1999 se suicidó en Las Vegas a la edad de 39 años. Eso ocurrió un año después de ser arrestado en esa ciudad como sospechoso de haber agredido sexualmente a otra mujer e intentar matarla. La Oficina del fiscal de distrito de Orange señaló que en esa ocasión la víctima se defendió y pudo escapar.

“La maldad en él. Sé que si no luchaba, iba a morir”, dijo la mujer no identificada que sobrevivió a dicho ataque, en 1998, en un comunicado emitido por la oficina del fiscal. “Fue horrible. Las cosas que hizo, las cosas que dijo. Me dijo que me iba a matar”.

Y fue la evidencia de ADN recolectada durante el arresto de Smith la que coincidió positivamente con el perfil de ADN que quedó en las escenas del crimen de Lloyd y Cuevas en la década de 1980.

El fiscal de distrito, Todd Spitzer, reflexionó sobre este caso diciendo: “Nunca deberíamos llamar a estos casos sin resolver”, aludiendo a la capacidad de la tecnología.

“Los seres queridos de Renee Cuevas y Shannon Lloyd tienen las respuestas a la pregunta que se han estado haciendo durante más de tres décadas. La justicia que toda víctima merece estaba escondida en el ADN, pero con los avances en la tecnología combinados con la incansable dedicación de generaciones de detectives y los talentosos fiscales y científicos forenses de la Oficina del Fiscal del Distrito, ahora sabemos quién mató a Renee y Shannon”, expresó en un comunicado.

“La justicia no tiene fecha de caducidad”, agregó el fiscal, destacando que la tecnología de genealogía genética les ha ayudado a resolver cuatro casos del Condado de Orange, mientras que suman unos 200 cerrados a nivel nacional.

Otro de los casos de asesinato “congelados”, resueltos recientemente, fue el del brutal homicidio de Lindy Sue Biechler, una joven de 19 años encontrada muerta a puñaladas en el piso de su apartamento en el condado de Lancaster, Pensilvania, en 1975.

El crimen permaneció sin resolver durante casi cinco décadas, hasta que finalmente el 17 de julio fue arrestado David Sinopoli, de 65 años de edad, luego de que el ADN recabado de un taza de café que él usó revelara que él era el asesino de aquella joven.