Estudio reveló que dejar los aparatos tecnológicos es más placentero de lo que se cree

Estudio reveló que dejar los aparatos tecnológicos es más placentero de lo que se cree

La gente prefiere ocuparse con aparatos y otras distracciones en lugar de tomarse un tiempo para la reflexión. (Foto: Adobe Stock)

 

Los seres humanos tienen una capacidad impresionante para sumergirse en sus propios pensamientos, lo que comúnmente se llama ensoñaciones o “soñar despiertos”. Pero las personas subestiman sistemáticamente cuánto tiempo pasan solas con sus propios pensamientos, sin nada que los distraiga y, lo que es más importante, cuánto les gusta.

Por TN





“Nuestra investigación indica que las personas tienen dificultades para estimar cuán atractivo puede ser el pensamiento. Esto puede explicar por qué prefieren mantenerse ocupadas con dispositivos y otras distracciones, en lugar de tener un momento de reflexión e imaginación en la vida cotidiana”, dijo la profesora Aya Hatano de la Universidad de Kyoto (Japón).

En una serie de seis experimentos, Hatano y sus colegas compararon las predicciones de las personas sobre cuánto reconocían que les gustaría simplemente sentarse y dejar liberar las ideas, versus su experiencia real de hacerlo.

Un estudio sugiere que dejar los aparatos tecnológicos evidencia el placer de pensar. (Foto: Imagen ilustrativa / Adobe Stock)

 

En uno de los experimentos, por ejemplo, los investigadores pidieron a los participantes que predijeran cuánto disfrutarían sentados solos con sus pensamientos durante 20 minutos, sin poder hacer nada para distraerlos, como leer, caminar o tocar sus teléfonos. Al final, todos informaron lo mucho que realmente les gustó la experiencia.

Los voluntarios disfrutaron pasar tiempo con sus pensamientos significativamente más de lo que habían anticipado. Esto fue cierto en las variaciones del experimento en el que los participantes se sentaron en una sala de conferencias vacía o en una pequeña carpa oscura sin estimulación visual; variaciones en las que el período de pensamiento duró entre tres y 20 minutos; y una variación en la que los investigadores pidieron a las personas que informaran su satisfacción en medio de la “tarea”, en lugar de después de que se terminó.

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