El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres: aproximadamente, una de cada diez lo padecerá en algún momento de su vida. Existe un factor de predisposición familiar en cerca del 10% de los casos y ocurre por encima de los 50 años en más del 75% de las afectadas, según el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria. Se trata, además, de una enfermedad muy prevalente y silenciosa en la que generalmente los tumores de mama no dan síntomas. Por ello, la prevención más efectiva es la detección precoz.
Por 20minutos
La autoexploración mamaria es el primer paso que debe llevar a cabo una mujer para detectar si padece esta afección. Se debe realizar de forma periódica para descubrir lo antes posible cualquier detalle que haga sospechar la presencia de un tumor. Ante cualquier tipo de alteración visible o palpable (bultos, irritaciones, hinchazón, arrugas o dolor, entre otras), hay que acudir inmediatamente al ginecólogo.
Para el jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitari Sagrat Cor, Miquel Àngel Jiménez, se trata de “un método de revisión útil y esencial, especialmente si se combina con mamografías, ecografías y revisiones ginecológicas anuales en mujeres mayores de 40 años o en menores de esta edad con una historia familiar de cáncer de mama, antecedentes de patología mamaria o mamas muy densas”.
Para evitar males mayores, la frecuencia óptima de la autoexploración debe ser una vez al mes, para familiarizarse con ella y conocer el aspecto habitual de las mamas. También se recomienda ejecutarla durante la semana posterior al periodo menstrual, ya que el pecho está menos inflamado y sensible. Igualmente, los niveles hormonales fluctúan durante el ciclo, causando cambios en el tejido mamario. Por estas razones se sugiere establecer el hábito de autoexplorarse cuando ya no se esté en periodo de menstruación y siempre en un día fácil de recordar (el mismo día de la semana, por ejemplo).
Los pasos para la autoexploración
Para garantizar un buen autoexamen de las mamas es imprescindible acudir al ginecólogo para conocer la técnica más adecuada. No obstante, los pasos aconsejables para efectuarlo son muy sencillos y pueden resultar decisivos para detectar de forma precoz esta enfermedad y evitar que avance.
Para comenzar, hay que situarse desnuda de cintura para arriba frente a un espejo, colocando los brazos en los costados. A continuación, los siguientes pasos son visuales: hay que “observar con atención si se encuentran hoyuelos, arrugas o alteraciones en el tamaño, forma o asimetría de las mamas”, señala el especialista del Hospital Universitari Sagrat Cor.
El autoexamen prosigue comprobando si los pezones están hundidos e inspeccionando el pecho mientras se presionan las manos sobre las caderas. Seguidamente, y sin apartar la mirada de los senos, hay que levantar los brazos sobre la cabeza con las palmas haciendo presión una sobre la otra. La autoexploración concluye alzando las mamas e inspeccionando los pliegues de la base para confirmar que son simétricos.
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