La historia del primer genocidio alemán ocurrido en Namibia treinta años antes de Hitler

La historia del primer genocidio alemán ocurrido en Namibia treinta años antes de Hitler

Restos del genocidio de Namibia devueltos por Alemania en 2021. FOTO: CHRISTIAN MANG REUTERS

 

 

 





Puede sorprender a muchos que los alemanes cometieran su primer genocidio treinta años antes de que Hitler llegase al poder. Décadas antes del comienzo del Tercer Reich, en los tiempos del Segundo Reich, cuando Alemania la gobernaba un káiser y todavía no habían perdido siquiera la Primera Guerra Mundial. Porque pocos saben que los primeros experimentos científicos con fines raciales que efectuó Alemania, la medición de cráneos, los trenes de la muerte, los campos de concentración, los abusos inhumanos por parte de soldados y científicos teutones ocurrieron por primera vez en un país muy lejos de Europa y, por consecuencia, ajeno al interés europeo: Namibia.

Por La Razón

El espacio vital

Esta historia aterradora comienza en la década de 1890. Alemania vivía por entonces un boom demográfico con consecuencias catastróficas para una nación que no se veía capaz de ofrecer trabajo y alimento a la creciente población, y la crisis que comenzó a generarse obligó al Gobierno a buscar salidas al desastre. Más de un millón de alemanes habían escapado a Estados Unidos en busca de un futuro mejor, alemanes que pronto comenzaron a identificarse como norteamericanos y que dejaron su patria original atrás. Entonces, por un lado, Alemania no era capaz de aguantar en aquél momento tamaño número de habitantes; por el otro, nadie en Alemania quería que disminuyera el número de alemanes en el mundo. Se difundió entonces la idea de buscar territorios lejos de Alemania y donde los alemanes (rubios, arios, raza especial) pudieran extenderse sin necesidad de mezclarse con ciudadanos de otros países.

El geógrafo y político Friedrich Ratzel postuló entonces una nueva teoría imperialista que causó un gran impacto en Alemania y que seguiría causándolo hasta mediados de los años 40 del siglo siguiente. Según Ratzel, era necesario que los alemanes consiguieran un “espacio vital” donde poder desarrollar su raza y su cultura que, a su parecer y basándose en su propia concepción de la teoría evolutiva, eran una raza y una cultura, si no superiores, de las más superiores del mundo. En 1885 había ocurrido el reparto de África entre los países europeos y Alemania se había llevado una generosa porción: los actuales Togo, Camerún, Tanzania y Namibia. Tras meses de valoraciones en busca de una salida a la crisis demográfica, el Gobierno alemán aceptó las teorías de Ratzel sobre la expansión de la raza y decidieron establecer un programa de colonización en Namibia, que fue la colonia que consideraron más apta para el bienestar de los futuros colonos alemanes. Periódicos y marquesinas a pie de calle pusieron en marcha la maquinaria de la propaganda, animando a los alemanes a marchar a Namibia en busca de un futuro mejor.

 

“Patriotas festejan en la colonia”. Cartel propagandístico de la colonia alemana en Namibia. FOTO: DES SAMMLUNG PETER WEISS

 

Pero el programa fue un desastre. Llegados a 1903, tan solo 4.000 alemanes se habían trasladado como colonos a Namibia, si no contamos al grueso contingente militar que les acompañó en la aventura. El alivio demográfico en Alemania fue paupérrimo, aunque la aventura de Namibia (entonces llamada África del Sudoeste Alemana) comenzó a verse como una campaña integrada dentro de la “grandeza” del Imperio alemán, es decir, que comenzó a tomar carices de verdadero patriotismo.

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