William Anseume considera que se requieren más de 150 profesores en la USB para su funcionamiento

William Anseume considera que se requieren más de 150 profesores en la USB para su funcionamiento

 

 





 

El presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar, Wiliam Anseume, dio a conocer la escandalosa cifra de concursos abiertos para completar el personal docente de esa universidad:

“La destrucción académica en Venezuela no es retórica. Hay un deslave académico producido por quienes manejan el poder. El régimen de Nicolás Maduro es enemigo directo y abierto de las universidades y de la educación. Las cifras, dolorosas tanto como escandalosas, así lo demuestran. ¿De donde y cuando van a traer los profesores para llenar esos concursos, según la ridícula afirmación en son de amenaza que escuchamos recientemente: de Irán, de Cuba, de Rusia, de China? En la USB sus autoridades interinas, designadas por el poder, no electas, andan apresuradas por llenar esas plazas para enero. Los concursos quedan permanentemente desiertos. Claro, se apresuran porque hay dos cohortes de estudiantes retrasadas para ingresar en la USB: 2021 y 2022. Porque sencillamente no hay capacidad siquiera para atender los estudiantes que actualmente hacen ya vida en los campus de Sartenejas y del Litoral. No se trata de maquillaje universitario, con misiones coloridas, con berrinches para la galería sino de la realidad profunda y certera”.

“¿Como van a llenar esos 169 cargos? -Se pregunta el profesor- ¿Con jubilados que ya no dan para mucho más, abandonados y engañados? ¿Como se hace academia así? Los concursos son rigurosos, como es lógico, solicitan doctorados, estudios avanzados de maestría. Lo que no dicen es cuanto les van a pagar. Esos cargos no se van a llenar, por más que reduzcan el nivel de exigencia, lo que resulta absolutamente indeseable. Porque nadie trabaja de gratis, sin compensación adecuada. Esto debe entenderse ya, de una vez. Los profesores tenemos que buscar el sustento para nosotros y nuestra familia. Esa cifra indica deserción, éxodo, diáspora, pero también los límites absurdos, incomprensibles, que le han impuesto a las universidades. Los concursos dicen que deben dedicarse los aspirantes, quienes ingresen a dictar cursos, varios cursos; a la investigación y a la extensión. Pero no señalan el monto que les van a pagar, con optimismo unos 30 o 60 dólares mensuales de pobreza, les darán acaso ese monto de un modo que no alcanzará para su sustento individual o familiar, no les dicen que no contarán con seguros, ni con cajas de ahorro, ni siquiera con protección gremial, porque ese dinero de los afiliados lo represan o se lo roban en algún lado, porque a las asociaciones, cajas o IPP no llega a pesar de que se lo descuentan a los profesores. La desprotección social es absoluta en las universidades. Encima, desde marzo nos redujeron los sueldos, aplicando el instructivo ONAPRE. Los bonos los pagan reducidos, devaluados y del modo que les viene en gana. ¿Quien desea trabajar así? ¿Quien puede armónicamente darle 30 años de su vida así a una institución que repele y desprecia a su personal académico, porque así lo impone el despotismo desde Miraflores?”

“Venezuela se queda sitiada en el más profundo atraso académico, si la comparamos dentro del panorama continental y mundial. El golpe mortal a las universidades tendrá repercusiones fatales por varias décadas, de no producirse un inmediato giro radical en las políticas públicas para la educación universitaria, un giro radical en el modo de entender la necesidad de la educación y del desarrollo. Esto significa atraso, detención, una vulneración institucional que no tiene precedentes ni por lo pronto vuelta atrás. Es doloroso. Pero mientras no haya una consideración acorde con las necesidades, con los derechos humanos, la Constitución y las leyes, no vamos a superar la destrucción impuesta por el poder despótico a las universidades y a la educación en general en Venezuela”. Concluyó el dirigente gremial.

Nota de prensa