William Anseume: El canto que llega de otro modo a Venezuela

William Anseume: El canto que llega de otro modo a Venezuela

Recientemente fue Gloria Estefan quien expresó que no piensa venir a Venezuela mientras continúe en el poder el régimen de Nicolás Maduro. Muchos otros lo han dicho y son fieles a sus palabras. El canto, la música popular ni ninguna otra resulta ajena al acontecer político. Gloria, cubana de nacimiento, entiende muy bien la situación que atravesamos los venezolanos.

Ahora bien, este asunto que ha sido polémico, especialmente este año en nuestro país, no podemos dejarlo pasar como si nada. Posee una importancia fundamental desde todo punto de vista, especialmente por sus repercusiones en nuestra sociedad actualmente. En nuestro país debemos estar sumamente agradecidos con estos artistas que no se dejan comprar con ofertas que implican con toda seguridad una buena tajada económica, pero asentada esa tajada sobre la sangre, la prisión, la tortura, la carencia de libertades que incluyen un cercén permanente a la expresión o la opinión. ¿Acaso estos cantantes no lo saben? No están dispuestos, como otros, a hacerse los loquitos ante la cruda realidad venezolana. No solo dejan de venir por muchos años sino que lo sostienen públicamente, con todos los riesgos que para ellos implica esa posición. Riesgos más allá incluso de lo económico.

Rubén Blades le dedicó hace dos años una canción a Venezuela. La misma ha sido prohibida en su difusión por las redioemisoras nacionales. Pocas personas lo saben. ¿Como iban a prohibir en Venezuela la reproducción del tema del otrora cantante de la Fania que popularizó Pedro Navaja o María Lionza? Pues sí. Esto se torna una batalla permanente que se ha vuelto ideológica entre artistas que creen en las libertades y la democracia y aquellos a los que nada les importa, o que sin escrúpulo alguno están dispuestos a participar insuflando oxígeno al despotismo del terror en el país.





En el primer semestre del año se encendieron las alarmas por la polémica artística, cuando uno de los cantantes arrastrados al régimen organizó conciertos que incluían salsa, merengue y reguetón. La respuesta firme que dio Arcángel bastó para acelerar los humos del organizador. Con insultos, dimes y diretes, el cantante maracucho quiso quedar bien señalándole al artista portorriqueño que aquí se darían cita todos, hasta el compadre del reguetonero. La respuesta reiterada de Arcángel es que no vendrá a Venezuela mientras Maduro siga en el poder, mientras Venezuela no sea libre. Reiteró que está dispuesto a cantar gratis en Caracas cuando la democracia retorne al país. Este cantante ha expresado su pensamiento anteriormente con las gruesas palabras que acostumbra para referirse al déspota venezolano y su entorno político.

También lo han dicho Ana Gabriel y Willie Colón desde el inicio del régimen ha estado muy claro en rechazarlo. Algunos que han accedido a venir se han encontrado con la repulsa de altos dirigentes del propio régimen que los han señalado públicamente, lo que ha impedido su presentación. Quien se saltó los señalamientos fue Olga Tañón, quien vino y se presentó haciendo caso omiso a la situación política y económica y a los dicterios de quienes manejan el poder en Venezuela. Inolvidable el silencio político de José Luis Rodríguez, quien escudado cobardemente en su religión, se negó, también, polémicamente, a referirse siquiera a lo que atravesamos los venezolanos en materia económica o política, cuando acudió mansito a dar sus conciertos en el Teresa Carreño.

El lema de “Venezuela se Arregló”, respaldado por música y una navidad adelantada desde este mes, en el que casi se nos obliga a comer hayacas y a adornar las casas como las plazas, sin alegría alguna que expresar, no puede ser más hueco. Todo aquel que se manifieste fuera de nuestras fronteras contra el régimen del oprobio en Venezuela debe contar con nuestro profundo agradecimiento y respaldo. Vaya este artículo como un saludo a los cantantes populares que adversan fuera y dentro del país al régimen del terror en Venezuela. Gracias pues a Arcángel, a Rubén, a Willie, a Ana Gabriel y a Gloria Estefan. A todos los que valientemente se atreven a decir: no, Venezuela no se ha arreglado para nada. Habrá tiempo de volver.