Michael J. Fox , famoso por su optimismo y activismo incansable en torno a la enfermedad de Parkinson , se encuentra en un estado de ánimo juguetón en un día reciente en Nueva York. “Estoy rockeando y rodando”, dice la estrella, que acaba de terminar de tocar la guitarra durante una sesión de fotos para la portada de Kindness de PEOPLE, ahora en los stands.
Por Traducción libre lapatilla / People
Después de un año difícil de descansos y recuperación, hay un brillo travieso en los ojos de Fox. La querida estrella, que ha ayudado a recaudar más de mil millones y medio de dólares para la investigación del Parkinson a través de su fundación desde que le diagnosticaron la enfermedad en 1991 , pronto recibirá el Premio Humanitario Jean Hersholt , un Oscar honorario que reconoce los esfuerzos filantrópicos sobresalientes, en la ceremonia de los Gobernadores. Awards el 19 de noviembre. Pero en el fondo, ha estado navegando en silencio por otro capítulo desafiante. Su madre, Phyllis, murió en septiembre a la edad de 92 años, y el año pasado trajo consigo una cascada de frustrantes nuevas lesiones.
La estrella ha resistido períodos difíciles antes. En una memoria de hace dos años, hizo una crónica de lo que llamó el peor año de su vida , un período que comenzó en 2018 en el que una cirugía de médula espinal para extirpar un tumor fue seguida por una dolorosa fractura en el brazo izquierdo. Terminó con su recuperación y un safari africano con su esposa, la actriz Tracy Pollan , y sus cuatro hijos: Sam, de 33 años; hijas gemelas Aquinnah y Schuyler, 27, y la hija menor Esmé, 21.
Pero el año pasado trajo nuevos obstáculos. “Empeoró”, dice Fox con total naturalidad. “Me rompí la mejilla, luego la mano, luego el hombro, me pusieron un hombro de reemplazo y me rompí el brazo [derecho], luego me rompí el codo. Tengo 61 años y lo siento un poco”. más.”
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