Pol Vaquero, un bailaor que quiere tocar el corazón de los venezolanos con su pasión por el flamenco

Pol Vaquero, un bailaor que quiere tocar el corazón de los venezolanos con su pasión por el flamenco

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Determinación por lo que hace y una pasión que nace desde muy pequeño, el flamenco una parte esencial de su vida, eso es el extraordinario bailaor y coreógrafo andaluz, Pol Vaquero.

Por Lismar Hernández / lapatilla.com





El bailaor llegó al país para deleitar al público venezolano con una gira de presentaciones pasando por Barquisimeto, dos talleres de flameco en Valencia y su próxima cita es en la ciudad de Caracas con una clase magistral el 5 de noviembre y su espectáculo de “Aquí y Allá” en el Centro Cultural BOD el próximo domingo.

En este sentido, el equipo de LaPatilla conversó con Vaquero para conocer un poco más sobre su carrera artística y como el hecho de formar bailarines ha cambiado su vida, llevando el gusto y la admiración por un género musical ajeno a nuestras raíces.

Antonio Canales, su mayor referencia

 

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Su pasión por el flamenco nace desde el primer momento que vio a Antonio Canales por televisión -uno de los bailaores de flamenco más reconocido en España y el mundo- así que tomó la decisión y “comencé mis estudios en el conservatorio, allí me di cuenta que lo mío era bailar”.

Vaquero describe a Antonio Canales como un “padre, tanto artístico como profesional”, el artista recalca que él le dio todo “tuve la oportunidad de formar parte de su compañía y para mi es alguien como de mi familia, aparte de un maestro impresionante”.

Vocación por enseñar

 

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Una etapa de su vida que describe que llegó de “manera sorpresiva”, Pol contó que empezó a bailar desde muy pequeñito “solo quería bailar, no estaba preparado para formar bailarines” sin embargo todo cambio “poco a poco fueron saliendo clases y cursos”.

“Hoy en día disfruto muchísimo enseñar”, el artista agregó que “las ganas de esos niños, la admiración que tienen hacia el flamenco, es lo que más me ayuda para seguir enseñando”.

Una vocación que llegó a Venezuela, tras su paso por el país en 1998 junto a la compañía de Antonio Canales, tiempo después decide regresar “con mi grupo y compañía, de la mano de Margot Suvillaga”. A sus alumnos venezolanos destacó “confió en su potencial, en mi espectáculo llevó 4 chicas de acá”.

Una carrera que aún falta por agrandar, “me gustaría llevar mis conocimientos hasta donde me de el cuerpo y hasta donde me aguante el corazón” y reitera que “espera poder llegar a muchos hogares y corazones aquí en Venezuela”.