Omar González Moreno: Descarado

Omar González Moreno: Descarado

Mientras el Arco Minero sigue desarrollándose a sus anchas, mientras la ambición de los enchufados se hace más evidente a la vez que talan, queman y destrozan parte del pulmón vegetal del mundo, Nicolás Maduro llega descaradamente a Egipto a participar en la cumbre climática.

¿Qué puede decir este señor sobre el cambio climático? ¿Qué puede hablar un señor que ha permitido la destrucción de kilómetros de áreas naturales? ¿Será capaz de mentir diciéndole al mundo que aquí se preserva el medioambiente?

Maduro y compañía son capaces de decir y hacer cualquier barbaridad, es por ello que no es descartable que salgan diciendo que Venezuela es ejemplo de ecologismo, cuando es claramente evidente que el principal factor de contaminación en l nación es el propio Estado.





Pues, no solo se trata de la criminal acción del Arco Minero, sino que son incontables los derrames petroleros a lo largo y ancho del país, es incalculable el daño que la industria cementera ha realizado en zonas como en municipio Guanta, en el estado Anzoátegui; es innegable que las empresas del Estado son las que más han afectado el ambiente y la salud de los venezolanos.

La falta de pericia de quienes manejan Petróleos de Venezuela ha ocasionado ecocidios en diversas zonas del país; costas, ríos y suelos contaminados es un ejemplo notorio e inocultable de esta terrible situación.

Es más, la misma acumulación de Coque en las inmediaciones del Complejo Criogénico de Jose – en el estado Anzoátegui – es evidencia de la falta de capacidad y de consciencia ecológica de quienes usurpan el poder en Venezuela.

Maduro va a Egipto a darse golpes de pecho, va para allá a hablar de motores ecológicos que nunca arrancaron, ha despotricar del capitalismo, siendo los regímenes socialistas los peores enemigos del
Ecosistema de cualquier país; y de esto no hay duda.

Bajo sistemas de gobiernos democráticos, liberales y capitalistas, los daños al medioambiente son regulados, penados y controlados; sin embargo, dentro del socialismo opresor, censurador y egoísta, la contaminación generada por ello es ocultada, minimizada y negada, pues su único interés es seguir adelante explotando el medioambiente para su propio interés.

No es por nada que la China comunista es el régimen más depredador y devastador de toda la humanidad; ellos – aliados de Maduro por cierto – son como langostas que llegan a cualquier sitio y arrasan con todo. En otras palabras, el socialismo es como una plaga.

Con descaro, marcado y grosero, los socialistas hablan de ecología con la misma cara dura que disertan sobre libertad, igualdad y derechos humanos. Así, con esa misma cara lavada, ellos se ufanan de aquello que carecen, es decir, de moral.

Los socialistas no tienen moral para hablar de ningún tema, pues ellos dicen ser igualitarios, sin embargo cuando gobiernan el grueso de la población sufre mientras la cúpula goza; ellos hablan de libertad cuando someten a los pueblos que gobiernan, hablan de ecología mientras contaminan todo lo que tocan o administran.

Maduro en Egipto repetirá el mismo guión de todo el tiempo; Maduro en Egipto mostrará la falsedad que caracteriza a todo socialista. Maduro en Egipto hará lo que mejor sabe hacer, mentir abierta y descaradamente.

Sin duda, en todos los temas – económicos, sociales, políticos e incluso ambientales – la superioridad liberal es total; pues un gobierno liberal sí se hace responsable de las implicaciones, buenas o no, de sus actos de gobierno. En cambio, los socialistas tienen una excusa para todo, un chivo expiatorio para todo, una mentira para toda verdad.

Así de simple.

Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.