“Arte con propósito”: Arianna Uberti, una venezolana que revoluciona EEUU con su talento

“Arte con propósito”: Arianna Uberti, una venezolana que revoluciona EEUU con su talento

Arianna Uberti
Cortesía

 

Si hay algo que realmente te apasiona, te va a hacer feliz… Lo que me sale del corazón, es lo que más disfruto”. De los momentos más oscuros, siempre nacen oportunidades para renacer y brillar con más fuerza. Es precisamente lo que hizo Arianna Uberti, después que un trágico suceso la marcara para siempre. Pero su despertar artístico llegó justo a tiempo y lo transformó en la pieza ideal que trazó el punto de partida para sacar a flote su verdadera vocación. Con un ingenio inevitable y unas cuantas pinceladas construyó su identidad artística.

Su actitud libre y alegre la delatan en sus versátiles siluetas. Trasladó su creatividad desde Maracay hasta Estados Unidos y eligió los dibujos animados como la mejor forma de expresarse al mundo y dejar huellas por su labor a través de obras benéficas. Su más reciente campaña estuvo dedicada a las víctimas de la tragedia de Aragua. En esta conversación con La Patilla exhibió su lienzo más real al revelar cómo dibujó su destino y mostrar de qué forma emplea su pasión para ayudar a los más necesitados.

Por Elizabeth Gutiérrez | Luis Eduardo Martínez | lapatilla.com

Arianna nació en Caracas y creció en Maracay. Desde pequeñita ya coqueteaba con la creatividad, pues adoptó como hobby dibujar, hacer cartas y carteleras, aunque confesó que nunca imaginó que más adelante se dedicaría por completo a un oficio similar. Sin planificación ni previo aviso, a los 25 años se desbordó su pasión por el arte y un accidente tuvo la culpa de ello.

Una profesión accidental

Estaba con unos amigos y me quería lanzar a un pozo. Al final nunca pude llegar hasta alcanzar la copa del árbol, sino que me caí por un barranco, aterricé en un río y tuve una lesión en una pierna. Rodé como once metros. Estuve en la clínica por mucho tiempo, aproximadamente como por dos semanas”, mencionó.

Aseguró que la recuperación fue muy lenta por la falta de antibióticos y todo se complicó aún más. Demoró aproximadamente seis meses en sanar, lo que condujo al momento perfecto para aventurarse con sus talentos y su mamá le dio esa chispa de motivación que le hacía falta. “Recuerdo que estaba en la casa, sin hacer nada, y me dijo: ‘No soporto que no hagas nada. ¿Quieres hacer algo?’. Le respondí: ‘Bueno, cómprame un block y marcadores sharpie’. Me compró un block Caribe, los marcadores y comencé a hacer mis propios dibujos”.

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En ese entonces, comenzó a postear en Instagram para probar cómo era la receptividad del público con esta nueva etapa y sus amigos mostraron agrado por su trabajo. “A partir de ahí, ha sido un camino que ya llevo ocho años haciéndolo prácticamente todos los días”, resaltó.

En 2014 estudiaba Marketing Management en la UNITEC, pero la carrera nunca la ilusionó. “La universidad es lo que te impulsa a trabajar para otro, no para una compañía o una empresa. A veces, es como que difícil que te digan: ‘Mira no, tú puedes ser dueño de tu propio tiempo y puedes montar tus propias cosas’. Es más común la opinión popular de trabajar para alguien más, ser gerente de una empresa grande, de todo ese tipo de cosas. Y hay muchísima gente que sueña con eso. En mi caso, no. Le tengo respeto, pero a mí nunca me ha gustado mucho el sistema”. 

Inquieta y preocupada por enfocarse, se preguntaba qué rumbo debía seguir sin mantenerse atada a una oficina, horarios extenuantes sin ropa formal ni tacones. Su aislamiento por el reposo la ayudó a expandir sus conocimientos y poco a poco constató dónde debía estar. “Cuando lo descubrí tampoco pensé que era algo que me podía dedicar a tiempo completo, ni vivir de eso. Pero bueno, así se han ido dando las cosas. Luego me vine para Estados Unidos y todo ha sido un camino bien bonito y ya tengo un año haciéndolo a tiempo completo. Este es mi trabajo”.

Los matices de la migración

Se mudó a España en 2015 y estuvo durante un año entre Barcelona y Valencia. Posteriormente, participó en un concurso por internet en la página “Talenthouse” y obtuvo un premio para hacer unas ilustraciones en un hotel de Nueva Orleans. Esa fue la oportunidad para probar suerte en Estados Unidos y no se arrepiente. “Iban a seleccionar una pieza y me mandaron el boleto. No le veía mucha vida a España en el tema del arte, es un poquito más difícil y dije: ‘Bueno, voy a probar en EEUU a ver qué tal’. Y me quedé enganchada”.

La pieza que diseñó para el concurso era la fiel representación de la vida en Nueva Orleans, donde el color, el jazz y la herencia multicultural se combinaron en uno solo. “Hice a tres músicos, abstractos.. Eran tres mujeres de piel oscura tocando instrumentos. Tenía ojos por todos lados, líneas. Había unos que estaban de cabeza. Entonces seleccionaron esta pieza, que todavía se encuentra allí, en una exhibición permanente que decora el lobby del hotel”. 

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El impacto visual de la obra y el talento de Arianna fue suficiente para que el hotel decidiera seguir apostando a su creatividad. “Después, comenzaron a ver mis otras cosas y dijeron: ‘Hay más espacio en la pared, ¿qué más podemos hacer?’ Y les hice unas cuatro piezas también inspiradas en esta cultura bastante colorida”.

Fue tremendo ganarme eso porque era internacional, participó gente de todos lados y era un premio grande ya que tenías que viajar al hotel para el día de la inauguración. Ese día estuve ahí, pintando en vivo“, agregó.

Sin embargo, contó que el camino para adaptarse a un nuevo país fue difícil. Vivió dos años en Miami y como toda migrante, tuvo que trabajar duro, desde ser camarera hasta ocuparse de la limpieza. “Pero todos esos empleos me enseñaron un montón de cosas. Todavía me queda el mundo real, de la vida”.

Migrar es una de las cosas más difíciles que uno pueda hacer. Afortunadamente, lo hice con mi esposo y a veces con dos personas es un poquito más fácil llevar todo, pero el proceso es difícil. Lo único es que tienes que estar muy abierto. La gente no puede pretender que el país se adapte a ti, sino que tú tienes que adaptarte a él. Y a mí siempre me ha interesado mucho conocer de otras culturas, aprender otro idioma“, aseveró.

Después, pudo trasladarse a Gainesville, una pequeña ciudad de Florida, lugar donde reside desde hace cuatro años y disfruta al máximo sus días como artista. 

Un estilo natural

Para la joven venezolana, la pintura representa la libertad de hacer lo que le gusta y el privilegio de expresar entre líneas, figuras y colores sus más puras emociones. “Es algo que aplico en cualquier tipo de trabajo que haga, así sea personalizado. Si hay algo que realmente te apasiona, te va a hacer feliz, sea lo que sea. Hay gente que ama ser gerente de algo y lo ama con pasión. Esto es lo que más me gusta, es lo que más disfruto. Creo que eso puede hacer que lo que realmente me guste, lo que me sale del corazón, es lo que más disfruto”.

La inspiración de sus obras proviene de la naturaleza, pues considera que es una de sus grandes pasiones, sin dejar a un lado que siempre transmite un mensaje esperanzador para cambiar vidas. Soy una gran fan de todo lo que tenga que ver con el medio ambiente. De hecho, en Venezuela hacía lo que llamamos pajarero, que es salir a ver las aves, anotarlas en un cuaderno. Trabajé en el zoológico por dos años como voluntaria. En todas mis ilustraciones puedes encontrar un animalito, una florecita o algo que tenga que ver con eso. Pero también el día a día de cómo me sienta. Me gusta mucho utilizar frases positivas. Me parece que son fundamentales. De repente la gente ve estos mensajes y le cambia totalmente el día”.

Una de las cosas más complejas para un artista es descubrir cuál es el estilo que lo define, ese toque inigualable que lo diferencie de otros sin importar dónde se encuentre y la intrépida maracayera ha desarrollado ese sello auténtico y divertido para provocar una sonrisa con sus ilustraciones. “Es complicado, pero no sé, lo definiría como alegre, positivo. Siempre le digo a la gente que la idea, cuando hago mis dibujos y que los vean, es hacer sonreír. Tengo un poco de humor negro pero bonito. También, cositas con maripositas y no sé qué. Es un poquito de todo, pero por eso mi estilo sería alegre”.

“Arte con propósito”

Pero los trazos de Arianna no solo los refleja en un lienzo, también destina su talento a los más vulnerables, en procura de plasmar un mensaje que se replique entre los artistas y aquellos con vocación de servir. Su más reciente aporte, lo realizó a las víctimas de los deslaves en Aragua quienes vieron cómo en pocas horas perdieron todo lo que tenían.

“Lo llamé ‘Arte con propósito’. No es la primera vez que lo hago. Lo hice recién por Aragua, porque obviamente soy de allá y tenía un poco más de alcance del que tenía antes. Realicé ilustraciones personalizadas, me puse un límite de cuántas iba a ser y abrí los cupos para 30 diseños. Ya esos cupos de ilustraciones personales se acabaron, pero este fue un movimiento súper bonito porque incluí varias cosas, ilustraciones personalizadas y otras que ya tenía de Maracay para la venta”.

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Y el trabajo rindió frutos por sí solo, únicamente con la voluntad de las personas para enviar un gesto de solidaridad. Arianna recordó que elaboró fondos de pantallas para teléfonos a 5 dólares e ilustraciones personalizadas a 25 dólares. Las ganancias estuvieron destinadas a los afectados por los deslaves.

Se descargaron aproximadamente 400 fondos de pantalla, más las 30 ilustraciones personalizadas y otra gente que donó sin querer nada a cambio. Lo bonito de este movimiento, de ‘Arte con propósito’, es que cualquier persona lo puede hacer. Siempre incito a las personas a que lo hagan, sobre todo a quienes tienen pequeños negocios. Independientemente del emprendimiento que tengas, siempre puedes ofrecer algo. Es cómo intercambiar tu habilidad, lo que sabes hacer para ayudar a otros”.

Recalcó que desempeñar este tipo de labores, no implica recibir popularidad a cambio a pesar de las opiniones sin fundamentos de algunos, pero independientemente, consideró que se trata de hacer algo positivo por los demás. “No creo que todo se deba a un negocio, no debe basarse nada más en la ganancia  que se obtendrá o un plan de hacerme rica. Debes tener esa parte de responsabilidad social en todo. Con esto se recolectó bastante, se pudo ayudar. No lo hubiera podido hacer sin la gente que está en Venezuela gestionando todo”.

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Arianna, auténtica y versátil

Por si fuera poco, las habilidades innatas de esta joven apasionada trascienden los límites de nuestras fronteras y su arte se difunde en cada rincón del mundo. “Tengo bastante gente que me ha comprado en Chile, en Colombia también. Pero ahora, los principales mercados son Estados Unidos y Venezuela, ya que hay demasiados venezolanos aquí también”.

Aunque con recelo, admitió que le ha costado incursionar en el mundo digital. Desarrolló colecciones NFT, pero el poco entendimiento en este vasto universo tecnológico, la ha limitado de continuar. “Las primeras cuatro que hice se vendieron en menos de 24 horas. Pero la verdad es que ese es un mundo paralelo. Hay que meterse de lleno en él para entender realmente cómo funciona. No es tan fácil como simplemente ponerlos y venderlos”.

A pesar de que dedica sus días por completo a las pinturas, su vida como artista es muy dinámica y entretenida. “No puedes parar un pequeño negocio así. Es cómico porque a veces digo: ‘Okey, es lo que hago como trabajo, pero también es lo que me relaja’. Entonces, estoy constantemente haciendo eso”. Asimismo, se desenvuelve de forma veloz y estratégica para llegar a varias ciudades de Estados Unidos y dar a conocer sus obras. 

“Inscribirnos en bazares o aquí lo llaman ‘pop art’. Aquí tienes un toldo, pones tu mesa y bueno ofreces tu producto. Aquí hacen muchísimos, hay unos que son mensuales, hay unos por temporadas y otros que son una vez al mes. En tal sitio van todos estos vendedores a ofrecer su producto y  me meto en la mayor cantidad que puedo. Eso me ayuda mucho. Hago por lo menos cuatro o cinco al mes y ahorita en noviembre estoy en ocho aproximadamente”, dijo.

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La versatilidad y el deseo de reinventarse van de la mano con Arianna, pues además de exponer su arte con la venta de sus cuadros, mencionó que hace murales, incluso, menús para diferentes restaurantes. “Hago de todo, prácticamente lo que me digan. No soy diseñadora gráfica, mucha gente piensa que como trabajo de manera digital lo soy, pero no lo soy realmente. Hago todo como sale y he tenido bastante aceptación y receptividad con eso”.

Arianna pinta su propio futuro, uno colorido, como ella y su estilo. Con cada pincelada, la joven maracayera traza un objetivo en mente: Tener su propio espacio para mostrar y vender sus obras. “Un lugar como una tienda o estudio, algo donde pueda tener todo. Además, tengo bastantes años tratando de trabajar en un cuento infantil y bueno ya está cogiendo un poquito más de camino“.

El optimismo de tan entregada artista es contagioso. La perseverancia combinada con el amor por lo que hace es una promesa ferviente de que llegará más lejos, y en Venezuela estaremos atentos a lo que esta audaz joven tiene por ofrecer.

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