El precio de la provocación: ¿qué le espera a Balenciaga en su crisis de polémicas?

El precio de la provocación: ¿qué le espera a Balenciaga en su crisis de polémicas?

 

Acusaciones de pornografía infantil, teorías conspiratorias y llamadas a la cancelación. La firma Balenciaga se ha visto envuelta en una crisis que imparte una dura lección de cómo el gusto por la provocación que nutre el mundo de la moda puede transformarse en una bola de escándalo que arrastre a todo el que ande cerca, desde influencers hasta proveedores y altos ejecutivos.





Por: Vogue

En el epicentro, dos campañas publicitarias distintas de Balenciaga, pero lanzadas en la misma semana, cuyas imágenes han sido tachadas de aludir a la pederastia y la pornografía infantil.

Pese el revuelo, los responsables de la marca aún no han respondido a la pregunta clave: ¿quién concibió y aprobó estas campañas?

Generar controversia no es nada nuevo para la firma del grupo Kering. De la mano de su director creativo, Demna, Balenciaga se ha ganado su reputación a base de adoptar posturas arriesgadas, satíricas, antimoda e incluso políticas. Algunas de las acciones más provocadoras de la marca han recibido respuestas encontradas, a veces de disgusto por lo que algunos ven como un afán de estetizar situaciones de sufrimiento –como la tormenta de nieve de su desfile de otoño-invierno 2022, celebrado una semana después de que Rusia invadiera Ucrania, un modo de denunciar la crisis de los refugiados que parte de la opinión pública consideró de mal gusto; o las zapatillas destruidas Paris, atacadas por convertir la pobreza en fetiche.

La moda en general, en su intento de seducir a base de provocación, se ha pasado de la raya con frecuencia a lo largo de su historia. La mayor parte de las veces, los productos o las imágenes que faltan el respeto desde un punto de visto racial o sexual son fruto de una falta de diversidad en la cadena de decisiones. Sin embargo, las campañas de Balenciaga, más que provocar, se han salido de madre. Para absolutamente todo el mundo, la pederastia es execrable.

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