La turbulencia económica y política ¿presagia el inicio de una nueva era?

La turbulencia económica y política ¿presagia el inicio de una nueva era?

 

Esa nueva era será estructuralmente muy diferente, ya está en progreso una nueva narrativa y se percibe que será mucho más que la sola progresión de un nuevo ciclo económico.





Especial de Laszlo Beke

La inquietante combinación de escasez de energía, inflación acelerada y tensiones geopolíticas desbordándose tiene a la gente preocupada por las pocas certezas que puedan quedar. Los eventos actuales se pueden equiparar con un cúmulo de terremotos que están reconfigurando el mundo.

“Terremotos” similares han ocurrido en el pasado: después de la terminación de la I Guerra Mundial (1917-1919), inmediatamente después de la finalización de la II Guerra Mundial (1944-1946), el período alrededor de la crisis petrolera (1971–73) y en la disolución de la Unión Soviética (1989-1992). Tal como un terremoto real, cada uno produjo un cambio en el panorama mundial, así como la liberación súbita de fuerzas subyacentes que se habían ido acumulando alrededor de una falla a través del tiempo – en este caso desplegándose en varios años en lugar de un solo Big Bang. Cada una de ellos introdujo una nueva era: la Era de Los Bulliciosos 20’s y la Gran Depresión (1920-1931), el Auge Post Guerra (1944-1971), la Era de la Contención (1971-73) y la Era de los Mercados (1989-2019). ¿Estamos ahora en la antesala de una nueva era presagiada por los “terremotos” actuales?

Esta parece recordar el shock del petróleo de los años 80, la cual compartió características con la situación actual: una crisis energética, el retorno de la inflación, una nueva era monetaria, la afirmación geopolítica multipolar, la competencia por recursos y la ralentización de la productividad en Occidente. Las réplicas ocurrieron en múltiples olas y tomó casi 20 años resolverlas. Sin embargo, existen diferencias con la época actual y estas magnifican las razones que generan preocupación. El mundo de hoy está mucho más globalmente entrelazado, financieramente apalancado y restringido por el carbón. En el pasado, la mayoría de los eventos estaban en el lado de la demanda y principalmente contenidos en una región o sector. Hoy existe una crisis del lado de la oferta, inherentemente física en lugar de psicológica, contra el fondo de un panorama geopolítico cambiante, donde se debe resolver la crisis. Los “terremotos” de hoy han venido principalmente como sorpresas, sacudiendo al mundo después de 30 años de calma.

Esta nueva era arrancaría desde un punto fundamentalmente diferente a como comenzó el anterior. En los años 90 había una brecha mucho más obvia ente los mundos desarrollado y el mundo en desarrollo: enormes poblaciones pobres en energía y recursos, más personas viviendo el áreas rurales fuera de la órbita de los mercados y el capital global, más personas sin educación y desconectadas entre ellas y de la información del mundo. En dicha era previa, el mundo convergió hacia una economía globalizada, con rápida recuperación del crecimiento para miles de millones de personas que pudieron conservar esas conquistas en paz. El mundo de hoy es mejor, pero con ese crecimiento hay mucha más disrupción en las circunscripciones establecidas, más punzadas de desequilibrios, y más protagonistas fuertes reivindicando su posición en la mesa global.

La consultora McKinsey propone el siguiente marco para imaginar esta nueva era, partiendo de una perspectiva histórica que ha sustentado el mundo en el cual vivimos, y como podría materializarse en esta nueva era. Indudablemente determinar como responder a este momento y el camino futuro es complejo y exige audacia:

Orden Mundial – con tendencia a la multipolaridad, lo cual implica un reacomodo en grupos regionales alineados ideológicamente. ¿La economía continuará siendo global en naturaleza y se desarrollarán mecanismos viables de cooperación, más allá de la economía? Después de muchos años de moderación relativa en la política internacional se está en la vía de una mayor politización entre los bloques. ¿Cuán efectivamente se adaptarán las instituciones globales y locales al nuevo orden? ¿Qué capacidad tendrán para darle forma a ese nuevo orden?.

Plataformas tecnológicas – los impulsores claves de la digitalización y la conectividad parecen estar acercándose al punto de saturación. Pero ya se están en marcha poderosas tecnologías transversales, particularmente Inteligencia Artificial y Bioingeniería, que podrían combinarse para crear otra oleada de progreso en la próxima era. La tecnología podría colocarse en la vanguardia de la competencia geopolítica e incluso cuestionar hasta al ser humano. ¿Qué impacto tendrá la próxima ola de tecnologías en el trabajo y en el orden social? ¿Cómo interactuarán la tecnología, las instituciones y la geopolítica?

Fuerzas demográficas – el nuevo mundo evolucionará aun más hacia un mundo más urbano y de personas más viejas, la época de las enfermedades comunicables podría convertirse en la era de las enfermedades no comunicables y la desigualdad dentro de los países puede progresivamente retar la fábrica social. ¿ Cómo se adaptarán los países, las instituciones y los individuos a los cambios demográficos – envejeceremos con gracia? ¿Cómo responderán el capital y las instituciones a las desigualdades?

Los sistemas de energía y los recursos asociados – donde la baja inversión combinada con la disrupción geopolítica ha creado una vulnerabilidad real. Existe un gran deseo de mover las inversiones hacia energía-baja-en-carbón, pero la inversión total en todos tipos de energía no ha mantenido el ritmo de las necesidades de energía. Preocupaciones relacionadas con la resiliencia, la factibilidad y la asequibilidad pueden afectar la velocidad de la transición. ¿Cómo navegará el mundo un camino asequible, resiliente y factible hacia una estabilidad climática? ¿Qué dinámicas se desarrollarán entre los que tienen los recursos críticos y aquellos que no los tienen?

Capitalización – hay una tendencia a largo plazo hacia economías con capital y otras financializadas. La tasa de crecimiento económico pareciera normalizarse. El crecimiento del apalancamiento y del crédito generarán estrés sobre los balances generales. El siglo del OECD (Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económico), con la dirección y ls velocidad actual, dará el paso al siglo de Asia. ¿Aparecerá la próxima máquina de productividad que impulsará el crecimiento? ¿Se revertirán el aumento y el decrecimiento del Balance General Global?

 


Se hace referencia a On the cusp of a new era? . También aparece en mi Portal https://bit.ly/3iUETkE.