Estafa sobrenatural en Miami: Supuesta psíquica cobró tres millones de dólares para romper una “maldición”

Estafa sobrenatural en Miami: Supuesta psíquica cobró tres millones de dólares para romper una “maldición”

Samantha Stevens es una autoproclamada “consultora espiritual” que fue sentenciada a dos años y seis meses de prisión junto a su esposo Michael Paul Guzmán. (Imagen de referencia). – Foto: Getty Images

 

Cuando varios aspectos en la vida de las personas no van bien, la desesperación lleva a creer en falsas promesas hechas por estafadores, quienes piden dinero a cambio de darle vuelta a la vida con ayuda “sobrenatural”. La justicia norteamericana aplicó la ley a una pareja de estafadores que actuaba bajo esta modalidad.

Por Semana





Una mujer en Florida, Estados Unidos, fue sentenciada junto a su pareja por estafar a una mujer por más de 3 millones de dólares, este dinero lo pudieron recaudar luego de años engañándola, le hicieron creer que ella y su familia tenían una maldición.

Samantha Stevens es una autoproclamada “consultora espiritual” que fue sentenciada a dos años y seis meses de prisión junto a su esposo Michael Paul Guzmán, sentenciado el mes pasado a tres años y meses de cárcel. Según los registros del caso, ambos se declararon culpables del delito de lavado de dinero ante una corte federal en Miami.

Samantha conoció a su víctima en el año 2012, tras ganarse su confianza le hizo creer que necesitaba realizar rituales para poder luchar contra una supuesta maldición que había caído sobre ella y su familia. En los ritos se incluían altas sumas de dinero.

Según la Fiscalía, la supuesta “consultora espiritual” le dijo a su víctima que de no hacer los procedimientos indicados, su familia estaría en grave peligro.

La estafa perduró durante años, hasta que la víctima ya no tuvo con quó pagar, por lo que Samantha Stevens no se volvió a comunicar, fue allí donde la pareja ya había acumulado más de 3 millones de dólares. Según los registros, este dinero fue gastado en viajes, compras, propiedades y casinos.

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