Ángel Montiel: Otro tiempo que termina

Ángel Montiel: Otro tiempo que termina

Ya se acerca el fin de 2022 para Venezuela. Otro año triste para la inmensa mayoría de venezolanos, menos para la cúpula que se aferra al poder sin visos de quererlo soltar. La tragedia continúa sin solución y estalla en la cara todos los días desde las necesidades mínimas como el agua, hasta las de mayor envergadura como los servicios de salud. El régimen ya cumple dos décadas en el gobierno que semeja más una monarquía que una república porque manda Nicolás Maduro y también su hijo Nicolás Maduro Guerra o Nicolasito.

El panorama político es cada vez más confuso para los venezolanos porque el régimen intentará eliminar el voto de los electores que se encuentran en los Estados Unidos, Europa, Chile y otros, bajo la excusa que no reconocen el gobierno de Maduro y harán otras triquiñuelas para despojar de los derechos políticos de los venezolanos más sagrados como es votar y elegir. En Venezuela desde hace rato se vota, pero no se elige.

Es tanto el desparpajo de Maduro que reconoce en cadena nacional que mientras duren las sanciones a los jerarcas del régimen no habrá elecciones limpias en Venezuela, una amenaza que evidencia que se acaba de poner la máscara de vulgar tirano del caribe. 





La desesperanza no es solo algo espiritual, sino que se traduce en la escalada en el precio del dólar, el aumento del precio de los productos, el deterioro en el poder adquisitivo de los trabajadores, el colapso definitivo de los servicios más elementales como el agua, la electricidad, el aseo urbano, escasez de gasolina, los que mueren en los hospitales, los miles que están presos injustamente, todo en general es una gran tragedia todo cuesta en la inflación más alta del mundo.

Pero vamos a que hablen los datos. Las cifras son aterradoras porque, según el informe de la última encuesta de Condiciones de Vida de la Universidad Católica Andrés Bello, “la pobreza extrema aumento hasta el 76,6% mientras que el año pasado se ubicó en 67,7%. Tres de cada cuatro venezolanos están ubicados en el umbral de la miseria. Una verdadera tragedia que no tiene nada, pero nada que celebrar en Navidad.

Según el investigador y profesor de la UCAB, Pedro Luis España “el crecimiento de la pobreza ya ha llegado al techo de 94,5 por ciento y dudó que está pueda creer más.

Y si hablamos de la corrupción y extorsión está presente en todos los ámbitos. Hay que pagar soborno hasta para sacar una simple partida de nacimiento.

Los llamados al optimismo no logran disipar la atmósfera generalizada de incertidumbre. La impresión es que el país llegó a lo más hondo del abismo o quizás, a lo más hondo de lo hondo donde ha estado desde hace varias décadas.

Se hace más perentoria la unidad nacional en torno a la salida de la tiranía del poder para recuperar la economía y refundar la democracia venezolana sobre nuevas bases sanas, transparentes y confiables. Pero, se ve muy difícil porque son muchas las agendas ocultas de la oposición.

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