Por qué la próxima contraofensiva ucraniana puede ser decisiva en medio de la invasión rusa

Por qué la próxima contraofensiva ucraniana puede ser decisiva en medio de la invasión rusa

Funeral del soldado ucraniano Volodymyr Prymachenko, en Kiev EP

 

 

 





La invasión rusa a Ucrania se acerca a un punto de inflexión crucial. Mientras Rusia continúa con sus ataques en Bahkmut, “la “picadora de carne” del Donbás, sin lograr avances significativos, Kiev prepara una gran contraofensiva para primavera. Vladimir Putin, asediado por las críticas internas y los errores de sus altos mandos, anunció ayer un alto el fuego unilateral de 36 horas en toda la línea del frente a partir de las 09.00 GMT. Con un Ejército ruso debilitado por la pérdida de efectivos y las carencias de material, la contraofensiva ucraniana pretende mantener el impulso que supuso la reconquista de Járkov y la liberación de Jersón en noviembre. También prolongar el apoyo de la comunidad internacional. Una estrategia de máxima presión sobre el enemigo conlleva grandes riesgos pero la alternativa es una derrota casi segura de Ucrania. El tiempo no está del lado de Kiev.

Por Voz Pópuli

Un conflicto largo favorece a Rusia, aumenta las probabilidades de que otros gobiernos aliados, como China o Irán, se impliquen de forma más activa en el conflicto. A medida de que el conflicto se alarga, crecen las dificultades para que la OTAN mantenga la alianza internacional de apoyo armamentístico contra Rusia. Al contrario que su enemigo, Volodimir Zelenski necesita esta ayuda extranjera para mantener el esfuerzo bélico. Y los países que integran esta alianza están condicionados por las vicisitudes de su política interna -como se ha visto en España, cuando Podemos apelaba a la “diplomacia de precisión” y pedía en el Parlamento Europeo dejar de armar a Ucrania-. No obstante, el apoyo a Ucrania se mantiene en EEUU y los países aliados (un 66% de los estadounidenses cree que Washington debe seguir suministrando armas a Kiev, frente al 73% que lo hacia en abril. En Alemania, el 61%; en Francia, el 63%).

Moscú ya ha lanzado su propia ofensiva de invierno, con la población civil ucraniana y las infraestructuras energéticas como principal objetivo, además de una ofensiva económica que apunta a los precios de la energía y las materias primas. Incluso si ésta resulta infructuosa, el apoyo a Ucrania puede ir perdiendo impulso cuando los aliados se enfrenten a otras prioridades. Putin lo sabe. Aprovechará el invierno para reponer sus fuerzas -golpeadas por la dificultades logísticas y de liderazgo-, para recibir envíos de armas de sus aliados e integrar reclutas en sus maltrechas unidades. Esta acumulación de tropas y armamento obliga a Kiev a emprender operaciones de forma urgente.

Los ucranianos también están agotados pero para tener éxito necesitarán lograr la hazaña de lanzar una ofensiva mientras reponen y reequipan a sus fuerzas. El jefe de la Dirección Principal de Inteligencia Militar de Ucrania, Kyrylo Budanov, anunció esta semana en una entrevista con ABC News que Ucrania tiene la intención de lanzar una gran contraofensiva desde “Crimea hasta el Donbás” en la primavera. El plan implica realizar otras operaciones durante el invierno para asentar las “condiciones” para lanzar una contraofensiva a mayor escala.

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