“Yo era gorda, ahora mire tengo los huesitos forrados”: Maestros y trabajadores de la salud en Táchira no piden limosnas sino sueldos justos

“Yo era gorda, ahora mire tengo los huesitos forrados”: Maestros y trabajadores de la salud en Táchira no piden limosnas sino sueldos justos

“Yo era gorda, ahora mire tengo los huesitos forrados”: Maestros y trabajadores de la salud en Táchira no piden limosnas sino sueldos justos

 

Este lunes, el gremio docente de instituciones públicas y adscritos a la Asociación Venezolana de Educación Católica, así como trabajadores de la salud y jubilados de la Gobernación del Táchira, se concentraron nuevamente en San Cristóbal para expresarle al régimen de Nicolás Maduro que no quieren limosnas, sino sueldos dignos.

Por Anggy Polanco / Corresponsalía La Patilla





Gladys Chacón, presidente del Colegio de Licenciados en Educación del estado Táchira, se refirió al bono enviado por el régimen este domingo, y dijo que esos 480 bolívares no llega ni a 30 dólares, lo que calificó de un “contentillo”.

“La población no está contenta con esos contentillos que dan, necesitamos salarios de verdad. Eso no se puede llamar salario, porque a un esclavo le dan comida y a nosotros no nos alcanza para comprarla”, agregó la profesora.

 

“Yo era gorda, ahora mire tengo los huesitos forrados”: Maestros y trabajadores de la salud en Táchira no piden limosnas sino sueldos justos

 

Ingrid de Dorian, profesora de Liceo Vicente Dávila y del Colegio Monseñor San Miguel, quien llevó a la concentración una pancarta con un dibujo de calavera, haciendo alusión al hambre que padecen los educadores, relató: “Yo era gorda, ahora mire tengo los huesitos forrados”.

“Tengo la nevera como el polo norte, lamentablemente lo tengo que decir, con 25 años de servicio, ni siquiera una casa propia”, explicó la maestra Ingrid de Dorian.

 

“Yo era gorda, ahora mire tengo los huesitos forrados”: Maestros y trabajadores de la salud en Táchira no piden limosnas sino sueldos justos

 

Contó que camina 30 minutos para llegar a su casa luego de salir de aula, con hambre, y llega a seguir trabajando en su casa vendiendo hasta chupetas, para subsistir, pues debe apoyar a su hija que está en la universidad.

Por su parte, piquetes de la Policía Nacional Bolivariana rodearon la concentración de los servidores públicos, pero esto no amilanó a los manifestantes.