El inspirador relato de Muggsy Bogues, el jugador más bajo de la historia de la NBA

Muggsy Bogues quedó en la historia por ser el jugador más bajo de la NBA

 

 

 





Parecía una noche más de 1970 en Layafette Courts, un condominio de casas públicas que el estado de Baltimore había construido en la parte este de la ciudad. Un barrio oscuro, carenciado, peligroso, sitiado por la droga y la delincuencia. El nene de cinco años escuchó la explosión del vidrio de una ventana, bajó corriendo las escaleras y, curioso, salió a la calle para ver qué había pasado. Justo vio al dueño de una tienda que, enojado por un nuevo hecho vandálico, tomó su escopeta y disparó hacia afuera… Con tanta mala suerte que el tiro impactó en las manos y las piernas de ese inocente niño llamado Tyrone Curtis Bogues. “Aquel accidente cambió mi vida. Y mi cabeza… Aunque era muy chico entendí que debía irme de allí, como fuera. La expectativa de vida en mi barrio era de 20 años. Nadie pensaba en vivir más que eso. Esa noche supe que la vida podía terminarse en un instante y que tenía que luchar por otra diferente. Pudo ser una tragedia, pero no lo fue y me sirvió para ser quien soy hoy”, recuerda hoy, luego de festejar su cumpleaños N° 58 años, tras dejar una huella indeleble en la NBA y el básquet mundial.

Por Infobae

Muggsy, como fue conocido, quedó en la historia por ser el jugador más bajo (1m59), aunque su legado fue mucho más allá. Primero dejó un ejemplo inspirador de cómo trascender un contexto social muy desfavorable, luego demostró midiendo tan poco que se podía llegar a lo máximo en un deporte de gente alta (jugó 15 temporadas en la mejor liga del mundo y es el líder histórico de una franquicia –Hornets- en asistencias, robos y minutos) y, lo más importante, terminó salvando la vida de parte de su familia, sacando al padre de la cárcel y a su hermano mayor de las drogas. Nada menos.

Su padre Richard, trabajador portuario, medía 1m67 y su madre, Elaine, ama de casa, apenas 1m50. Pero Muggsy, el menor de cuatro hermanos, repetía que quería ser jugador de básquet, midiendo apenas 1m45, siendo el más bajo de sus amigos, de la escuela y el barrio… Una situación difícil que empeoraría aún más. Pocos meses después, a los 12 años, Richard iría preso por robo a mano armada (también vendía drogas, según admitió Muggsy) y la madre quedaría a cargo de todo, con varios de sus hijos casi a la deriva, en un barrio sumido en la pobreza y la desigualdad. “Mi crianza fue tan dura como te puedas imaginar. Hasta vi cómo mataron a un hombre con un bate de béisbol. Tampoco estoy orgulloso de lo que gente cercana hizo. Pero sospecho que tuvo que ver con una forma desesperada de sobrevivir. Todas estas cosas me hicieron madurar de golpe”, explicó.

Desde muy chico, Muggsy tuvo que adaptarse a superar un ambiente muy desfavorable. “Muchos en mi barrio crecimos sin padre. Era normal. Lo mismo que el racismo o los problemas económicos. En los años 60 y 70 era muy difícil mantener unida a una familia. La falta de dinero hacía que mucha gente se involucrara en actividades ilegales”, recordó. Su padre fue uno de ellos y por eso recibió 20 años de prisión. Lo mismo que su hermano mayor, Chuckie, que se sumió en el consumo de drogas…

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