Un globo espía chino también flotó sobre Maracaibo pero Maduro ignoró su visita

Esta foto tomada el primero de febrero de 2023 y publicada el 2 de febrero muestra un supuesto globo espía chino en el cielo sobre Billings, Montana, en Estados Unidos. Foto: AFP

 

 

Mervin Boscán, un venezolano de 36 años, notó la tarde del viernes pasado cómo la gente se quedó viendo fijamente el cielo a las afueras de su taller. Curioso, salió a preguntarles qué veían con tanto interés. “Es una cosa rara, como un punto blanco que se mueve”, le dijo una vecina, en el sector Veritas, en Maracaibo, estado Zulia.





Por Gustavo Ocando Alex | Voz de América

Era una especie de globo aerostático, “pero más pequeño, blanco” y se movía, cuenta el joven a la Voz de América. “Nos causó mucha sorpresa”, dijo desde Maracaibo, una de las principales ciudades de Venezuela, en el occidente del país, limítrofe con Colombia.

Mervin, sus vecinos y muchos venezolanos avistaron entonces lo que el gobierno de la República Popular China, a 15.000 kilómetros de distancia del país suramericano, confirmó días después como un dirigible suyo, utilizado en “pruebas de vuelo con motivos civiles”, que “se vio afectado por las condiciones meteorológicas”, según una portavoz de su cancillería.

Mao Ning, del ministerio de exteriores de China, confirmó el lunes que el globo penetró de manera “no intencionada” en el espacio aéreo de naciones latinoamericanas que, según Beijing, entendieron que la situación no representaba “amenaza” alguna para ellas. Además de Venezuela, hubo reportes del avistamiento del globo en Colombia y Costa Rica.

Aquel globo que transitó los cielos de algunos países latinoamericanos era en realidad el segundo atestiguado en el continente. El primero había entrado la semana pasada en el espacio aéreo de Estados Unidos, cuyo gobierno lo describió como un “globo espía” y ordenó que su fuerza aérea lo derribara sobre las aguas del Océano Atlántico, el sábado.

El Pentágono confirmó el viernes que un segundo dirigible se había detectado al sur de las fronteras de Estados Unidos, mientras que el presidente Joe Biden informó que su gobierno contactó a los países latinoamericanos por cuyos cielos había transitado.

En Maracaibo, la gente pudo ver el paso de ese segundo globo por aproximadamente cuatro horas, recordó Félix Hernández, un obrero que reside en un barrio empobrecido.

“No se veía muy bien. Era un círculo blanco, como con algo ahí, gris o negro”, dice sobre su sección inferior, que en la jerga militar es considerada como parte de su “carga útil”. “Estaba como parado en el cielo. La gente preguntaba qué era, pero nadie sabía”, dijo.

Polémica “incomprensible”

Ese tipo de globos de propiedad china tiene unos 60 metros de diámetro, pesa cientos de kilos y el tamaño de su carga se asemeja al de aviones de transporte, indicaron funcionarios norteamericanos tras recuperar parte de los restos del aerostato derribado el sábado.

La incursión del dirigible chino y su posterior detonación autorizada por la Casa Blanca ha provocado una nueva crisis diplomática en las ya tensas relaciones de Beijing y Washington.

China consideró el domingo que la reacción de Estados Unidos fue “exagerada” y constituyó “una grave violación de la práctica internacional”, mientras la administración Biden insiste en que se trató de un acto de soberanía ante una operación de espionaje.

Esos hechos parecen extraídos del “mundo de la ciencia ficción” o “de un libreto de Hollywood”, observa el experto en asuntos internacionales Félix Gerardo Arellano.

Ocurrieron en un momento cuando las relaciones de ambas naciones parecían retomar “un camino positivo”, donde Beijing “se fortalecía” mientras Rusia se debilitaba por su ataque a Ucrania y Washington apostaba por “no complicar” su escenario geopolítico, apunta.

“Y allí aparece un globo. Es una cosa impresionante, incomprensible. Ahora, en el caso de América Latina, donde mejor no puede estar posicionada China como primer socio de la gran mayoría de los países, allí se va a hacer una jugada estratégica”, anticipa.

Arellano asegura a la VOA que no habrá ninguna denuncia contra China por parte de Venezuela o Colombia. Por el contrario, aprovecharán el incidente para demostrar sus buenas relaciones y aceptarán la explicación científica dada por Beijing.

“Con América Latina, no va a ocurrir absolutamente nada, es mi impresión. No va a haber ningún reclamo ni cuestionamiento”, añade el investigador de temas geopolíticos.

Según fuentes de inteligencia citadas por medios como CNN y The Washington Post, esos globos son parte de un extenso programa de vigilancia del Ejército chino que ha incluido al menos dos docenas de misiones en cinco continentes durante los últimos años.

“Seriedad” y confusión

Luis Angarita, experto en relaciones internacionales y profesor de la Universidad Central de Venezuela, también opina que es “difícil” que haya reacciones en América Latina similares a las de Estados Unidos ante el incidente de los globos del Estado chino.

“China y Estados Unidos compiten por la hegemonía económica mundial, luchan por ser el líder exportador, y la presencia de China en América Latina contrasta con el abandono de Estados Unidos en sus prioridades dentro la región”, apunta en conversación con la VOA.

El régimen de Nicolás Maduro, uno de los principales benefactores de los préstamos del Estado chino y uno de sus principales aliados en la región, reprochó el domingo la presunta falta de “seriedad” de Estados Unidos, condenando el uso de la fuerza y dando por cierta la explicación de China de que se trataba de una “falla técnica” de un aparato meteorológico.

Antes de esos pulsos diplomáticos, muchos venezolanos dicen haber vivido un momento anecdótico. Angélica Miranda, colombiana residente de Maracaibo desde su infancia, dice recordar claramente “el reflejo de una luz blanca” en los cielos, la tarde del viernes pasado.

“La gente decía que debía ser un globo de los deseos, pero no se movía mucho. Estábamos echando broma si nos iban a venir a buscar los extraterrestres”, narra, jovialmente.

El avistamiento coincidió con el paso del cometa C/2022 E3, apodado “el cometa verde” y que rondaba la Tierra por primera vez en 50.000 años fue visible en algunos países del sur.

Angélica asegura que muchos descartaron de inmediato que se tratara de ese fenómeno. “De pronto, hacía un reflejo. Nunca tuvo estela, ni movimientos bruscos”, precisa.

Al día siguiente, vio testimonios como el suyo en la prensa y la confirmación de que fuerzas militares de Estados Unidos habían derribado un objeto similar. “Sí, tenía forma de globo”.