Las víctimas del terremoto de Turquía dudan si quedarse o huir de la devastación: “La vida se acabó”

Las víctimas del terremoto de Turquía dudan si quedarse o huir de la devastación: “La vida se acabó”

Un hombre se sienta frente a su edificio derrumbado mientras los equipos de rescate realizan operaciones de búsqueda en el distrito de Elbistan de Kahramanmaras el 11 de febrero de 2023, después de que un terremoto de magnitud 7,8 azotara el sureste del país a principios de semana. – El número de muertos por un catastrófico terremoto que azotó a Turquía y Siria subió a más de 25.000 el sábado, mientras los rescatistas trabajaban en un clima helado para encontrar personas vivas. (Foto de OZAN KOSE / AFP)

 

En una calle repleta de escombros, Fidan Turan parece perdida, incapaz de imaginar su futuro. Tras el devastador terremoto del lunes, la mujer no sabe si quedarse o irse de la ciudad turca de Antakya, transformada en ruinas.

A primera vista, su edificio parece haber resistido mejor que otros en esta localidad del sur de Turquía. La puerta metálica sigue ahí al igual que las ventanas, y los aparatos de aire acondicionado aún cuelgan de una pared.





Turquía y la vecina Siria fueron azotados el lunes por dos fuertes terremotos, que dejaron más de 24.000 muertos, según el balance más reciente. En la zona, aún se temen nuevas réplicas.

Las personas llevan suministros de socorro mientras conducen una motocicleta frente a edificios derrumbados en Hatay el 10 de febrero de 2023, después de que un terremoto de magnitud 7,8 azotara el sureste del país. (Foto de Yasin AKGUL / AFP)

 

“Cuando veo los edificios destruidos, los cadáveres, no es dentro de un año o dos que me proyecto, sino que no me puedo ni imaginar el mañana”, explica Turan, con los ojos llenos de lágrimas.

“Hemos perdido 60 miembros de nuestra familia extensa”, explicó. “¡Sesenta! ¿Qué puedo decir? Es la voluntad de Dios”, agrega la sexagenaria.

Con su dedo, muestra el lugar donde solía vivir, en el cuarto piso.

La casa familiar quedó destruida. “¿Dónde podemos ir? Ya no tenemos nada…”, lamenta con la voz quebrada.

– En la calle, sobre bancos –

Su hijo, Inayet Turan, ayuda a bajar algunas pertenencias del departamento, con una mezclan de esperanza e ira.

Un hombre sirio y su nieto caminan entre los escombros en la ciudad histórica de Antakia en Hatay el 11 de febrero de 2023, después de que un terremoto de magnitud 7,8 azotara el sureste del país. – El número de muertos por un terremoto masivo que azotó Turquía y Siria aumentó a más de 20.000 el 9 de febrero de 2023, cuando se desvanecieron las esperanzas de encontrar sobrevivientes atrapados bajo los escombros en un clima helado. (Foto de BULENT KILIC / AFP)

 

“Es posible reconstruir, el Estado tiene el poder de hacerlo”, afirma. Sin embargo, “cientos de personas están en la calle, duermen en bancos, parques. Hay que encontrar una solución”, reflexiona este psicólogo, de 35 años.

En una calle del sur de la ciudad, Mustafa Kaya carga un purificador de agua. Su mujer jala una maleta de ruedas, acompañada por su hija.

La familia vive en una tienda de campaña desde el lunes y decidió ir a buscar algunas cosas en la entrada de la casa. No se atreven a entrar del todo por miedo a otro derrumbe.

“No sabemos donde estaremos en un mes o en un año. Haremos lo que dice el gobierno y lo que Dios permite (…) Tengo un hermano en Estambul, veremos si vamos a su casa, pero ni sé cómo iremos”, explica Kaya.

Los residentes locales inspeccionan los escombros en Hatay, el 11 de febrero de 2023, después de que un terremoto de magnitud 7,8 azotara el sureste del país. – Los rescatistas sacaron a niños el 10 de febrero de 2023 de entre los escombros del terremoto entre Turquía y Siria que se produjo el 6 de febrero de 2023, cuando el número de víctimas se acercó a 23.000 y una helada invernal agravó el sufrimiento de casi un millón de personas que se estima que se encuentran en emergencia. necesidad de comida. (Foto de Yasin AKGUL / AFP)

 

Hatice Süslü, una mujer de 55 años, no logró recuperar nada de su casa. Su única pertenencia es una tienda de campaña que instaló, en medio de otras, en un parque público.

Algunos trajeron colchones. Otros, envueltos en frazadas, tratan de calentarse frente a pequeñas hogueras.

– “La vida se acabó” –

“No sé lo que haremos, aún esperamos algunos días para decidir. No sabemos qué será de nosotros”, lamenta. “Los que murieron están liberados, pero los que quedaron (…) ¿qué será de ellos?”, pregunta.

“No hay nada que decir. La vida se acabó”, continúa.

Los dolientes asisten al funeral de los estudiantes chipriotas muertos en un terremoto que azotó Turquía, en la ciudad oriental de Famagusta, en el estado disidente turcochipriota del norte de Chipre, el 11 de febrero de 2023. (Foto de Birol BEBEK / AFP)

 

A su lado está Mehmet Ali Tuver, un vendedor de zapatos de 35 años. Logró recuperar un cobertizo al que añadió lonas de plástico para protegerse del frío.

“Todo el mundo busca irse, pero aquí es nuestra casa, no podemos abandonarla”, opina.

Fetva A?kar, de 61 años y originaria de Antakya, tampoco piensa irse. Sin recursos y con un marido que perdió su empleo, no tiene dinero para hacerlo, aunque su departamento se volvió “inhabitable“.

También se queda porque aún espera que saquen a sus hermanos de los escombros. “No podemos irnos sin haberlos encontrado y enterrado”, explica.

AFP