Carlos Ochoa: Una crisis populista y las primarias

Carlos Ochoa: Una crisis populista y las primarias

Mientras Maduro se prepara para unas elecciones cerrando emisoras de radio, encarcelando periodistas como Roland Carreño, confiscando tarjetas de partido, ilegalizando ONG, comprando voluntades y amenazando a dirigentes sindicales que exigen una mejor calidad de vida con salarios dignos, la oposición no consigue la receta para hacer una sopa que deje satisfechos las aspiraciones de los que han manifestado querer correr ese clásico, que en principio es para 2024, pero que Diosdado Cabello amenaza se puede realizar antes o cuando les de la gana, porque todos los poderes incluido el electoral carecen de autonomía y responden rodilla en tierra a lo que decida Maduro y los jefes del PSUV.

Lo que podemos observar es que tanto Maduro como la oposición no pasan por su mejor momento, Maduro porque no tiene como responder al país por la inflación y la devaluación permanente de la moneda y trata de pasar la arruga con los salarios de los empleados públicos y pensionados, eso es un acumulado que hace evidente que el modelo de populismo petrolero está en crisis por el gigantesco saqueo de nuestros recursos.

 Y la oposición porque además de la falta de unidad, no logra hilvanar un relato progresista alternativo, que conecte entre otras cosas a la protesta con un discurso político de cambio que convenza a la mayoría descontenta y desilusionada de los errores del gobierno.





Con este panorama desolador, las primarias ofrecen una oportunidad de reorganización para concretar al menos una unidad electoral, pero no unas primarias tuteladas por el CNE con inhabilitaciones y el impedimento de ejercer su voto a los millones de venezolanos desterrados.

 Las primarias como evento movilizador de esperanza tienen que retar al poder, no plegarse a sus intereses que responden a los que han arruinado al país.

La coherencia argumental en política es valorada positivamente, cuando no se vislumbra firmeza en los actores que están balbuceando libretos en el escenario contradiciéndose unos a otros no hay aplausos ni votos.

Hace poco tiempo los dirigentes de los partidos del G4 y el G3 se referían despectivamente a María Corina Machado, señalándola de radical, intransigente y hasta desquiciada, por insistir en un relato no populista que con todos los obstáculos ha llevado a todo lo largo del país, su contacto permanente con el venezolano de a pie la diferencia de la mayoría de los dirigentes opositores que sufren de artritis y dislexia para leer la urgencia social. 

Si las primarias se realizan como reto y no como complemento del poder, la primera opción la tendría María Corina, pero Maduro no quiere medirse con ella porque sabe que saldría derrotado en unos comicios medianamente democráticos, eso abre unas interrogantes interesantes, a mi me queda claro que la oposición fiel ni Maduro quieren a María Corina de candidata porque iría con todo arrasando con votos al autoritarismo y a la oposición funcional, a diferencia de Rosales o Capriles que van por sus intereses a buscar un cómodo  segundo lugar detrás de Maduro.

Pero el futuro que estamos describiendo puede cambiar y sin soluciones a corto plazo de la crisis económica y social los tiempos pueden adelantarse y Maduro se puede ver cercado por todos lados, se me hace difícil pensar a Maduro de nuevo presidente si no encuentra respuestas y soluciones, ya casi todo el mundo reconoce que no son las sanciones a personas las responsables de la crisis, que el desastre es producto de la ineficacia, el saqueo y el quiebre de un populismo que carece de fuentes de ingreso para hacer ver al estado y al Presidente como los benefactores del pueblo.

En Venezuela no habrá bienestar estable y crecimiento económico si no se produce un cambio político,  ese debe ser el empeño principal de una oposición que aspira ostentar el poder y darle un cambio de timón a este Titánic explotado por los populismos rentistas, que no generan riqueza pero si mucha pobreza y dependencia.