Ovnis: no todos los objetos extraños son prueba de vida alienígena

Ovnis: no todos los objetos extraños son prueba de vida alienígena

Tras el episodio del globo espía chino sobrevolando su territorio, Estados Unidos y Canadá vivieron un ajetreado fin de semana por cuenta de objetos voladores no identificados que surcaron el espacio aéreo de América del Norte y que tuvieron que ser derribados por las Fuerzas Armadas.

Por eltiempo.com





El misterio de los extraños artefactos –uno descrito como cilíndrico, otro octagonal y otro del tamaño de un carro pequeño– fue reforzado por las declaraciones dadas por el general Glen D. VanHerck, al mando del Comando Norte de las Fuerzas Aéreas cuando se le preguntó si se había descartado orígenes alienígenas extraterrestres.

“Yo no he descartado nada en este momento. Seguimos evaluando cada amenaza o amenaza potencial desconocida que se acerca a América del Norte con la intención de identificarla”, le dijo a The New York Times, dando rienda suelta a las especulaciones por parte de los aficionados a las teorías sobre visitantes de otros planetas. Aunque, como ha señalado este medio estadounidense, en entrevistas posteriores funcionarios de seguridad nacional descartaron cualquier idea de que lo que la Fuerza Aérea de Estados Unidos derribó representara algún tipo de visitante extraterrestre.

Sin embargo, el hecho puso de nuevo el tema de los ovnis y la visita de extraterrestres sobre la mesa, que fascina a una parte de la población que busca en el cielo señales que puedan indicar que hay vida inteligente que nos observa desde otros lugares del universo. Un panorama ante el que los científicos llaman a la mesura y a considerar primero otros escenarios más razonables y cercanos a la tecnología humana.

Por ejemplo, el astrofísico Jorge Zuluaga, profesor de la Universidad de Antioquia, los extraños objetos derribados en los últimos días son definitivamente vehículos humanos y las probabilidades de que tengan un origen diferente son muy reducidas.

“La ciencia impone unos límites físicos a lo que se puede hacer, como la velocidad de la luz, la imposibilidad de que la materia desaparezca o la energía aparezca de la nada. Esos parámetros físicos son muy estrictos y no se han roto y es muy difícil que lo hagan –algunos creemos que eso no se va a romper–. Mientras que los límites tecnológicos pueden romperse. Dependen de investigación militar y privada, sometida a estándares de secretismo”, explica.

Es por esto que aunque estos extraños objetos voladores incluso hicieran cosas que pueden parecer en un principio imposibles, en su opinión una opción viable es que otras naciones o seres humanos hayan superado determinados límites tecnológicos.

De hecho, las principales hipótesis que barajan las autoridades es que sean artilugios tecnológicos procedentes de otros países que han sido detectados en una mayor cantidad en los últimos días por cuenta de que el globo chino encendió las alarmas y llevó a que tanto Canadá como Estados Unidos estuvieran más atentos a lo que ocurría en sus cielos, ajustando sus sistemas de radar para hacerlos más sensibles ante objetos que con anterioridad podrían haber dejado pasar.

En este contexto es bueno recordar que, como anota el astrofísico Julián Rodríguez, profesor de la Universidad Industrial de Santander, el término ovni, que aplica de manera general a cualquier objeto volador que después de haberlo estudiado no se pueda establecer su naturaleza, adquirió una ambigüedad asociada a eventos de platillos voladores y supuestos extraterrestres como parte de la cultura popular.

“Hoy sabemos que en realidad fueron impulsados por el avistamiento de aviones militares desde finales de los años 40 por la población civil en áreas de pruebas secretas como los desiertos de Arizona, Utah y Nuevo México”, detalla el profesor Rodríguez.

Por eso no es correcto afirmar que cada que se hable de ovni se deba relacionar directamente a extraterrestres. “Lo que estamos presenciando recientemente en EE. UU. es la muestra del desarrollo tecnológico de diferentes naciones capaces de dirigir globos estratosféricos o dirigibles o cualquier otro tipo de UAV (unmanned aerial vehicle), como drones, a un punto particular para realizar actividades de vigilancia o espionaje”, dice el docente.

Para quitar de estos eventos el velo de superstición con el que se suelen apreciar por cuenta del secretismo con el que se suelen tratar los avistamientos de objetos extraños en el cielo, los expertos consideran importantes las iniciativas que se han emprendido desde la ciencia para tratar con rigor el tema de la búsqueda de vida extraterrestre.

“Un ejemplo es el proyecto Galileo de la Universidad de Harvard para estudiar los ovnis, el primer proyecto científico, aparte del proyecto Seti –de búsqueda de inteligencia extraterrestre con ondas de radio– para estudiar la posibilidad de que existan objetos o vehículos extraterrestres que hayan llegado a la Tierra.

Y ya se han dado otros avances en este camino. Precisamente el año pasado seleccionó a 16 expertos para participar en su equipo de estudio independiente sobre fenómenos aéreos no identificados.