Central Azucarera de Táchira quedó inoperativa luego que el chavismo le “metiera mano”

Central Azucarera de Táchira quedó inoperativa luego que el chavismo le “metiera mano”

Central Azucarera de Táchira quedó presa en manos de la ineficiencia del Ministerio de Asuntos Penitenciarios

 

 

 





 

El famoso Central Azucarero del estado Táchira (Catza), situado en Ureña, que en otrora significó una de las importantes fuentes de empleo de la frontera tachirense, en la actualidad está paralizado y en manos del Ministerio de Asuntos Penitenciarios, que no ha querido soltar a la Corporación Venezolana del Azúcar, encargada de este tipo de industrias.

Corresponsalía lapatilla.com

Catza era una empresa nacional con capital extranjero, perteneciente al grupo colombiano Comercializadora de Azúcares y Mieles S.A. (Ciamsa), que fue expropiada bajo el decreto No. 7.392 de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, durante el mandato de Hugo Chávez, en el año 2010, y que generaba 2.500 empleos directos e indirectos.

Fuentes cercanas a la central azucarera consultadas por lapatilla.com indicaron que desde marzo del año 2020 este centro productivo está inoperativo.

No obstante, se pudo conocer que el régimen de Maduro estaría buscando inversionistas para inyectarle dinero, pero debido al avanzado deterioro de las instalaciones, para lo cual se requerirían más de 4 millones de dólares, aunado a la falta de materias primas como el azúcar cruda, que se necesitaría importar desde Brasil, ningún empresario ha querido apostar su capital a esta empresa.

Han buscado inversionistas, pero al ver su estado de abandono, todos se echan para atrás, porque para recuperarla se necesitaría mucho tiempo, además no hay seguridad jurídica“, expuso un extrabajador de Catza.

Adicionalmente, en la zona de Ureña se dejó de producir suficiente caña, por lo que este insumo también está escaso. En la central azucarera se molía cerca de 170.000 toneladas de caña, de la cual 70% era venezolana y 30% de producción colombiana, destacó la fuente.

Gran parte de la caña de azúcar que se molía en Catza era proveniente del Norte de Santander y de los cultivos de caña de los municipios fronterizos de Táchira, donde ahora solo reina la maleza y las invasiones.

El karma de la estatización

El ministro de Agricultura y Tierras para el año 2009, Elías Jaua, justificó la nacionalización de la empresa, porque según les querían imponer un chantaje que si Venezuela no permitía la importación de caña de azúcar desde Colombia, paralizaban las actividades.

Sobre esas instalaciones, Jaua dijo que sus dueños decidieron paralizar la producción, porque no se les permitió vender el azúcar al precio que ellos quisieron.

Dejaron de producir porque no pueden vender el azúcar al precio que les da la gana, porque hay un Gobierno que ha regulado los precios para garantizarle al pueblo el acceso a los alimentos básicos“, justificó el exministro Jaua en aquel entonces.

Para el año 2016, posterior a la expropiación, los trabajadores de Catza comenzaron a reportar la caída de la producción por falta de mantenimiento, pérdida de mano de obra calificada y deudas laborales, pues para ese año ya les debían Bs 9.621.000. Pero además de solicitar este pago, la clase obrera exigía condiciones laborales seguras, teniendo en cuenta que el servicio de mantenimiento de la planta fue suspendido.

Central Azucarera de Táchira quedó presa en manos de la ineficiencia del Ministerio de Asuntos Penitenciarios

 

 

 

 

 

Un caporal consultado dio detalles de cómo era el funcionamiento antes de 2010. Narró que Catza compraba la caña a los productores del municipio, entre 1998 y 1999, fecha en que Venezuela tenía una prohibición de importación de caña de azúcar, por lo que era complejo para ingresar la materia prima como la azúcar cruda y caña del Norte de Santander. Luego que liberaron las importaciones, la situación mejoró.

Todos los 15 de enero comenzaba la zafra. Al principio era de tres meses, luego las zafras se extendieron por seis meses y, posteriormente, eran todo el año que se dedicaban a moler y a sacar azúcar con cerca de 400 corteros.

Dentro de las instalaciones de Catza había, al menos, 10 casas, piscina, cancha y áreas recreativas. Cada mes de noviembre, la empresa entraba en fase de mantenimiento y arrancaba de nuevo en enero a trabajar sin contratiempos, explicó el caporal consultado.

En manos de Ministerio de Asuntos Penitenciarios

Con el paso de los años, la empresa estatizada fue perdiendo tierras tipo 1, especiales para el cultivo, situadas a su alrededor, producto de las invasiones aupadas por el chavismo, que luego se convirtieron en barrios.

En el año 2019, el régimen decidió entregar las riendas de Catza al Ministerio de Asuntos Penitenciarios con la promesa de reactivar la Central Azucarera de Ureña. A partir de ese momento le cambiaron su nombre de Cazta a Central Azucarero del Instituto Autónomo de Caja de Trabajo Penitenciario (Caziactp), donde se produciría la marca “La Azureña”, y que tendría una capacidad de producción de 200 toneladas de azúcar refinada.

Según la información que para aquel entonces aportó el Ministerio de Asuntos Penitenciarios, se diseñó un sistema de producción de energía a vapor, que cubre totalmente los requerimientos del complejo azucarero para afrontar las fallas de energía que son frecuentes y prolongadas en la zona fronteriza.

Este central azucarero será una fuente de empleo verdaderamente importante para este municipio, el cual tendrá un impacto en los municipios Ureña, San Antonio, Rubio, Capacho y San Cristóbal”, manifestó en ese momento Iris Varela.

Por varios meses se observaron a los reclusos del CPO realizando trabajos en las instalaciones de la central, pero ahora ni siquiera esos hombres de trajes amarillos se observan en las áreas. Hasta la presente, el Ministerio Penitenciario tampoco ha informado sobre la cantidad de kilos producidos desde que reinauguró la instalación.