Los asesinatos de los Murdaugh: La oscura historia de una poderosa dinastía de abogados que tiene en vilo a EEUU

Los asesinatos de los Murdaugh: La oscura historia de una poderosa dinastía de abogados que tiene en vilo a EEUU

Alex Murdaugh llora sentado en el estrado en el que prestó testimonio el viernes pasado en Walterboro, Carolina del Sur, en el juicio por el asesinato de su esposa y su hijo pequeño. Foto: JOSHUA BOUCHER (AP) | Vídeo: REUTERS

 

Como tantas historias que acaban mal, esta empezó con una fenomenal borrachera. Se la agarraron tres parejas de estudiantes hace cuatro años en Beaufort (Carolina del Sur). La fiesta terminó en tragedia cuando volvían de madrugada a casa a través de la niebla en el barco de pesca deportiva del padre de uno de ellos, un poderoso abogado llamado Alex Murdaugh. Conducía, al borde del coma etílico, el hijo de este, Paul Murdaugh, que lo estampó contra los pilotes de un puente. Tres de ellos salieron despedidos por la borda. Mallory Beach, de 19 años, perdió la vida. El cuerpo no fue hallado hasta una semana después.

Por El País





Aquella muerte destapó la historia oculta de los Murdaugh, dinastía de cuatro generaciones de abogados que campaban a sus anchas en el Lowcountry, un pedazo de tierra llana, pantanos y robles con musgo español en la frontera con Georgia.

Esa historia es un cuento gótico sureño que incluye asesinatos sin resolver, estafas millonarias, toneladas de opiáceos y un juicio que la semana pasada alcanzó su clímax con una jugada de alto riesgo: la declaración durante dos días del único acusado, Alex Murdaugh, un hombre pelirrojo de 54 años, al que culpan de asesinar, 16 meses después de aquella noche de niebla, a su esposa Maggie, de 52 años, y a uno de sus dos hijos, Paul, de 22, al que no dio tiempo a procesar por el homicidio imprudente de Mallory Beach. ¿Y qué pudo moverlo al parricidio? Ocultar el alcance de sus delitos financieros, según la Fiscalía, que considera que matando a los suyos buscaba ganar tiempo y desviar la atención de sus fraudulentos manejos.

El juicio, que emiten en directo durante horas los canales de la televisión por cable, tiene enganchada a la opinión pública estadounidense como un true crime demasiado bueno para ser ficción. Se ha demostrado también demasiado bueno para que Netflix y HBO Max dejen pasar la oportunidad. La primera ha estrenado estos días una miniserie documental cuyo final quedará abierto hasta que el jurado decida si cree a Alex Murdaugh, lo condena a 30 años de prisión o lo deja a la sombra de por vida, sin posibilidad de reducción de la pena.

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