“Piernas como lápices” y un crimen sin castigo: el nene ruso asesinado de un brutal golpe en la cabeza

“Piernas como lápices” y un crimen sin castigo: el nene ruso asesinado de un brutal golpe en la cabeza

Nathaniel Carver había nacido como Ivan Skorobogatov en la región rusa de Chelyabinsk en 2002. Poco después de su nacimiento, él y su hermana gemela, Elizabeth, fueron dados en adopción (Policía Pensilvania)

 

Michael y Nanette Craver vivían en Pensilvania, Estados Unidos. Se habían conocido en uno de los bares de la ciudad con música country de fondo. Se enamoraron enseguida y empezaron a salir. La convivencia iba bien. Los dos trabajaban y aprovechaban el tiempo libre para hacer cosas juntos como salir a andar en bicicleta o tomar algo en el pub dónde se habían conocido.

Por infobae.com





Sin embargo, había un tema que los atormentaba. Nanette no quedaba embarazada. Ellos querían tener unos niños rubios, como ellos, corriendo en el patio trasero de su casa de Pensilvania. Pero no lo lograban, pese a que ya habían probado varios tratamientos.

La búsqueda de tener hijos

En el 2003 se decidieron a adoptar a unos gemelos rusos. Vieron las fotos de los hermanitos y enseguida empezaron los trámites. El horror estaba por comenzar.

Nathaniel Carver había nacido como Ivan Skorobogatov en la región rusa de Chelyabinsk en 2002. Poco después de su nacimiento, él y su hermana gemela, Elizabeth, fueron dados en adopción.

La pareja pasó todos los requisitos necesarios para que los gemelos se convirtieran en sus hijos. Esto incluía verificaciones de estado por parte de la agencia de adopción en Rusia. Los controles continuarían hasta tres años después de que finalizara el proceso de adopción.

Toda la vida familiar era una escena que para todo el barrio parecía de felicidad, pero escondía torturas y violencia para los gemelos rusos.

El final de Nathaniel

La mañana del 20 de agosto de 2009 se descubrieron todos los ataques que habían sufrido Nathaniel y Elizabeth. El papá de los hermanitos llevó al menor al Hospital Holy Spirit en Pensilvania. El hombre contó que lo había encontrado inconsciente en la cama y había salido corriendo para el centro de salud ante la tardanza de la ambulancia.

Inmediatamente, el personal del hospital pudo ver que Nathaniel tenía signos de desnutrición. Luego observaron que estaba cubierto de heridas de pies a cabeza. El enfermero de emergencias, Christopher Penney, también comentó: “Sentía su cabeza como una esponja mojada”.

Nathaniel estaba muy grave y los médicos decidieron trasladarlo a un centro de salud de mayor complejidad para una mejor atención. En ese nuevo centro de salud el nene ruso peleaba por su vida, mientras sus padres lloraban en la sala de espera. Allí el doctor Mark Iantosca le abrió el cráneo para aliviar la presión sobre su cerebro por los múltiples hematomas que le habían generado los golpes. Sin embargo, Nathaniel nunca recuperó la conciencia, y cuatro días después, le quitaron el soporte vital. El nene había muerto. Y todas las investigaciones apuntaron a los padres adoptivos. Se había descubierto el espiral de violencia que terminó con la vida del nene.

Las primeras declaraciones de Michael y Nanette ante la Justicia fueron desconcertantes. Los dos lo hicieron por separado y dijeron casi lo mismo, con palabras similares, como calcadas o leídas de un PDF. Las heridas que había sufrido Nathaniel se las había causado él mismo.

Imávidos, la pareja afirmó que el chico se cayó en una estufa de pellets de madera y tenía tendencia a lastimarse, a veces tirándose por las escaleras. Afirmaron que Nathaniel tenía problemas psicológicos, incluida la automutilación y el trastorno de apego.

Los investigadores sospecharon de inmediato y la policía del municipio de Carroll y los detectives de la oficina del fiscal de distrito del condado de York iniciaron una investigación exhaustiva a fondo. Michael y Nanette se encaminaban a ser encarcelados, aunque ellos pensaban que su relato era consistente.

Culpar a la víctima

Durante la investigación, se reveló que otros miembros de la familia notaron que en los meses previos a la muerte de Nathaniel, sus ojos estaban tan hinchados que apenas podía abrirlos. Cuando se les preguntó a Michael y Nanette sobre su apariencia, afirmaron que tenía tendencia a intentar arrancarse parte de la piel de la cara.

Otras personas informaron que Nathaniel parecía aterrorizado de cometer algún error y ser castigado por sus padres. Una de las primeras personas que lo vio con vida fuera de la familia fue Sandra Atkins, la tía de Michael. Cuando visitó la casa, Nathaniel parecía estar como aletargado o dormido. “Se mostró como desesperado. Se sentó sobre mis rodillas y envolvió sus brazos sobre mi cuello. Parecía querer decirme algo, pero no lo hizo. Se mantuvo en silencio”, declaró la mujer durante el juicio.

Sandra recordó también: “Cuando lo vi lloré. Había una cicatriz en la parte posterior de su cabeza. El cabello había sido afeitado. Michael dijo que se tira y se cae y se frota los ojos”.2 Poco después de que ella cuestionara la cicatriz en la cabeza de Nathaniel, él gimió y balbuceó en un inglés rudimentario: “Mami y aguja”.

El testimonio de Atkins se dio con posterioridad de la muerte de Nathaniel. ¿Por qué no habló antes? ¿Qué hubiera pasado si alertaba a las autoridades? Según Sandra, Nanette siempre fue horrible con Nathaniel. Comentó que lo torturaba: “Lo hacía dar vueltas como un soldadito”. En otra ocasión, Sandra fue testigo de cómo Nathaniel intentaba abrazar a Nanette, pero ella lo apartó con desprecio.

La autopsia de Nathaniel reveló que tenía 80 unas lesiones en el cuerpo, 20 de ellas en la cabeza. Su pequeño cuerpo había sido maltratado desde casi su llegada a los Estados Unidos desde su Rusia natal. Las heridas en su cabeza habían sido infligidas con tanta fuerza que el cerebro de Nathaniel se ablandó, informaron los peritos forenses. Además, el nene estaba extremadamente desnutrido.

El perito Wayne K. Ross declaró en el juicio que encontró pruebas de que Nathaniel había sido golpeado, muerto de hambre y posiblemente atado en las semanas previas a su muerte. Afirmó que había numerosos hematomas y lesiones en la cabeza del menor que habían hecho que se hinchara “como un globo”.

Según Ross, también había evidencia de tirones o estiramientos cerca de las articulaciones de los hombros y las caderas. Esto último combinado con abrasiones en las muñecas y los tobillos fue lo que llevó al patólogo a considerar que Nathaniel había estado atado en algún momento de su corta vida. El médico informó, además, que Nathaniel había sido asesinado después de ser golpeado repetidamente contra una superficie plana y firme.

Nanette y Michael fueron detenidos el 25 de febrero de 2010 y acusados del homicidio de Nathaniel.

Perono solo los familiares del entorno de la pareja desoyeron las alarmas de violencia en la casa. En 2007, el hogar de los Craver fue investigado por los Servicios para Niños y Jóvenes. Es más, en ese momento las autoridades hallaron indicios de maltratos y los gemelos rusos fueron sacados del hogar. Sin embargo, los hermanos finalmente fueron devueltos por la falta de pruebas. El caso se cerró después de que una trabajadora social examinara la casa e informara que estaba satisfecha con el entorno.

El caso tras el crimen del nene escaló hasta los niveles diplomáticos. Hubo protestas formales del gobierno de Putin a Estados Unidos. La senadora rusa Valentina Petrenko presentó un plan para bloquear en forma temporal las adopciones estadounidenses de huérfanos rusos. Finalmente, su idea naufragó en las internas de la política de ese país.

Las pruebas del juicio

Durante una audiencia preliminar, los abogados defensores de los Craver, Gregory Moro y David Hershey, mantuvieron los argumentos de defensa de la pareja. Reafirmaron que Nathaniel se infligía los golpes a si mismo. Los letrados sugirieron que sus problemas psicológicos podrían estar relacionados con una madre biológica alcohólica y las condiciones en el orfanato en Rusia. Revelaron que en un momento, a Nathaniel le habían recetado Risperdal, un medicamento antipsicótico que se usa para tratar la esquizofrenia, la manía bipolar y el autismo. También le recetaron Concerta, que se usa para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Sin embargo, Nanette y Michael habían asistido a una sola sesión familiar por los problemas psiquiátricos de Nathaniel, alrededor de un año antes de su muerte.

Los abogados defensores continuaron afirmando que los Craver les habían dicho que Nathaniel golpeaba a su hermana gemela y lastimaba a los animales arrancándoles el pelo. Dijeron que se había estado arrancando las cejas y las pestañas.

El juicio a Michael y Nanette Craver por el crimen del nene ruso comenzó en septiembre de 2011. Durante las declaraciones de apertura, la abogada defensora Clasina Mahoney trató de culpar a Nathaniel por su propia muerte. Ella dijo que sufría de síndrome de alcoholismo fetal y trastorno de desprendimiento reactivo que hizo que se lesionara. Un argumento repetido y que no tuvo efecto.

Por su parte, El fiscal Tim Barker sostuvo que la pareja abusó y descuidó a Nathaniel antes de finalmente matarlo con un golpe mortal en su cabeza.

Había una gran laceración circular en la cabeza de Nathaniel de vieja data que debería haber requerido puntos. Cuando le preguntaron a Michael por qué no había llevado a su hijo al hospital, respondió que ese tipo de lesiones sucedían “todo el tiempo”.

Al declarar en el juicio, Ross se había puesto a llorar al describir cómo era el cuerpo del nene ruso. “Sus piernas eran tan delgadas como lápices. Los moretones cubrían su torso y espalda”, afirmó con la voz entrecortada el doctor.

Luego, el mismo médico siguió con su relato. “La cabeza de Nathaniel no es que estaba un poco hinchada. Todo el cráneo parecía una sandía. En las imágenes del cerebro que tomamos en la autopsia se ve que estaba colorado y gran parte de tejidos muertos. Le había estallado. Fue horrible”, recalcó Ross.

Michael y Nanette Craver fueron declarados culpables de homicidio involuntario, peligro para niños y conspiración. La pareja fue declarada inocente del cargo de asesinato. Fueron condenados a 16 meses de prisión, pero como ya habían estado detenidos casi dos años, quedaron en libertad en forma inmediata. Los fiscales no apelaron y el crimen de Nathaniel quedó impune para siempre. Su hermana, Elizabeth fue devuelta a Rusia y no se supo más de ella.