Nuevo estudio en EEUU explica cómo funciona el cerebro de un alcohólico: así son los síntomas

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Da igual cuánto intentemos engañarnos en nuestro día a día: el alcohol es malo. A pesar de eso, cada dos por tres, aparecen excusas que justifican el consumo de esta sustancia, como que una cerveza o una copa de vino al día no es mala. Desde luego, el alcohol con moderación no tiene por qué poner en serio peligro nuestra vida, ni mucho menos, pero beneficioso no es, para nada.

Por El Confidencial

Además, si tenemos en cuenta los riesgos que conlleva el consumo de alcohol, podemos enfrentarnos a uno de los mayores peligros de nuestra vida. Se trata de una sustancia adictiva que provoca serios cambios en nuestro organismo y en nuestra mente, pudiendo llevarnos a extremos que comprometen nuestra vida.

“Estos cambios inflamatorios pueden explicar el porqué de la impulsividad que se observa en la gente con AUD”

Ahora, un nuevo estudio elaborado por investigadores del Scripps Research Institute en California (EEUU) ha descubierto un mecanismo por el que aquellas personas que padecen el trastorno por uso de alcohol (comúnmente conocido como AUD por sus siglas en inglés) se encuentran inmersas en un círculo vicioso mediado por la inflamación cerebral que produce el alcohol, y cuyo efecto más preocupante es el aumento del consumo alcohólico. Pero vamos por partes.

¿Qué es el AUD y cómo sé si lo tengo?

El criterio diagnóstico para el consumo excesivo de alcohol es complicado. Más allá del hecho de que cualquier cantidad de este compuesto químico no es buena para nuestra salud, determinar si un individuo lo padece es difícil y se basa en las respuestas del sujeto a una serie de preguntas:

¿Has bebido más o durante un periodo más largo de lo que tenías planeado?

¿En algún momento has querido dejar de beber, pero no has podido lograrlo?

¿Pasas mucho tiempo de tu día a día bebiendo o recuperándote de la resaca?

¿Sientes una fuerte necesidad de beber?

¿Beber (o tener resaca) ha interferido en tu vida familiar o laboral?

¿Has seguido bebiendo a pesar de que esta conducta estuviese generándote problemas a tu familia y amigos?

¿Has dejado de realizar actividades que te gustasen para poder seguir bebiendo?

¿Has realizado actividades peligrosas bebiendo? (Ejemplos de esto pueden ser conducir vehículos bajo la influencia del alcohol o practicar sexo inseguro).

¿Has seguido bebiendo a pesar de que te hiciese sentir depresión y ansiedad?

¿Sientes que necesitas beber cada vez más para sentir los efectos del alcohol?

¿Has sentido síntomas de la abstinencia del alcohol? (Estos incluyen los problemas para dormir, la irritabilidad, la ansiedad, la depresión, el cansancio, las náuseas, la sudoración excesiva y, en casos muy graves, la fiebre, las convulsiones y las alucinaciones).

Si la respuesta a una de estas preguntas es “sí”, es posible que padezcas AUD, y esa probabilidad aumenta con cada sí añadido. Es por esto que las autoridades médicas recomiendan asistir a un profesional sanitario si este es el caso, con el objetivo de detener el desarrollo del posible AUD a través de diferentes terapias, entre las que destaca la medicación.

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