¿Cuántos corazones tiene un pulpo y cómo los utiliza?

¿Cuántos corazones tiene un pulpo y cómo los utiliza?

Los pulpos poseen tres corazones. Dos de ellos bombean sangre a las branquias y el tercero al resto del cuerpo (Getty Images)

 

Los pulpos son emblemáticos por sus ocho brazos. Pero, ¿cuántos corazones tiene un pulpo? “Resulta que un pulpo tiene tres corazones”, explicó a Live Science Kirt Onthank, biólogo especializado en pulpos de la Universidad de Walla Walla, en Washington, EEUU

Por infobae.com





Lo mismo ocurre con sus parientes más cercanos, el calamar y la sepia. El corazón más grande de los pulpos, el corazón sistémico, está situado en el centro del cuerpo del molusco. Bombea sangre oxigenada por todo el cuerpo, pero no a las branquias. “Es el mayor y más musculoso de los tres corazones”, detalló Onthank.

Los otros dos corazones se denominan corazones branquiales, cada uno de los cuales está unido a una de las dos branquias del pulpo. Cada corazón branquial bombea sangre a través de la branquia a la que está unido. “Estos corazones son relativamente pequeños y no especialmente fuertes”, aseguró el experto.

Entonces, ¿por qué un pulpo necesita tres corazones? Según el especialista, “por la misma razón que los humanos y otros mamíferos necesitan cuatro cámaras en el corazón: para resolver el problema de la presión arterial baja”.

Los animales necesitan presión arterial suficiente para que la sangre circule eficazmente por todo el cuerpo. Si una persona tiene la tensión baja, “puede marearse o incluso desmayarse si se levanta demasiado deprisa o hace un esfuerzo”, señaló Onthank. “Esto se debe a que la presión baja no es suficiente para llevar sangre al cerebro”.

Las branquias del pulpo ayudan a extraer el oxígeno vital del agua, y los corazones branquiales ayudan a bombear la sangre pobre en oxígeno a través de las branquias. Sin embargo, la sangre rica en oxígeno que sale de las branquias lo hace a baja presión, lo que según el experto, “no es bueno para enviar sangre al cuerpo”. “Por eso los pulpos tienen otro corazón después de las branquias para volver a presurizar la sangre y poder enviarla al cuerpo con eficacia”, advirtió.

Los humanos tienen un problema similar. Las dos cavidades derechas del corazón -la aurícula derecha y el ventrículo derecho- bombean sangre pobre en oxígeno desde las venas a los pulmones. Cuando la sangre rica en oxígeno sale de los pulmones, lo hace a baja presión.

Sin embargo, el ser humano devuelve esta sangre rica en oxígeno al corazón, concretamente a las dos cavidades izquierdas: la aurícula y el ventrículo izquierdos. Estas cámaras represurizan la sangre y la envían por las arterias al resto del cuerpo. En otras palabras, los pulpos y los humanos resuelven el mismo problema de dos formas muy distintas: los pulpos, teniendo múltiples corazones, y los humanos, teniendo un corazón con múltiples cámaras.

“Al fin y al cabo, esos tres corazones realizan la misma tarea que el corazón de cuatro cámaras”, dijo Onthank. “Los pulpos son un gran ejemplo de cómo un organismo complejo e inteligente puede evolucionar en un linaje completamente distinto del de los vertebrados. Tienen los mismos problemas, pero han dado con soluciones distintas”.

Curiosamente, un estudio de 1962 sugirió que el corazón sistémico del pulpo gigante del Pacífico (Enteroctopus dofleini) podría detenerse totalmente “durante largos periodos de tiempo cuando están en reposo, cuando no necesitan tanto la presión sanguínea alta”, dijo Onthank. En su lugar, “los corazones branquiales hacen todo el trabajo”.

Además, los corazones de los pulpos se detienen durante unos instantes cuando nadan, y nadie sabe a ciencia cierta por qué. “Creo que la mejor explicación es que la natación ejerce una presión tan alta sobre sus corazones que es mejor detenerlos durante unos instantes mientras nadan en lugar de intentar bombear contra esa presión”, dijo Onthank.

Los pulpos nadan lanzando chorros de agua desde su cuerpo. “Es como llenar un globo y soltarlo para que vuele”, ejemplificó el especialista. Esto ejerce mucha presión sobre sus cuerpos, lo que puede impedir que sus corazones bombeen correctamente. “Así que en lugar de luchar contra esa presión, puede que simplemente pulsen el botón de pausa de sus corazones durante un momento o dos”, añadió.

En general, los pulpos prefieren arrastrarse a nadar. “En realidad, nadar para los pulpos es una especie de lío”, dijo Onthank. “Se impulsan con la misma corriente de agua con la que respiran, por lo que nadar también interfiere en su respiración. Si la natación detiene su corazón durante unos instantes y altera su respiración, no es de extrañar que no naden mucho”.

Sangre azul a base de cobre

Otra diferencia entre el sistema circulatorio de los pulpos y el de los humanos es que su sangre es azul. Esto se debe a que los pulpos y sus parientes cefalópodos utilizan proteínas a base de cobre llamadas hemocianinas para transportar oxígeno en su sangre, en lugar de la proteína a base de hierro llamada hemoglobina que utilizan los humanos.

Las hemocianinas son menos eficaces que la hemoglobina para unirse al oxígeno a temperatura ambiente. Se podría pensar ingenuamente que ésta es la razón por la que el pulpo necesita tres corazones. Sin embargo, las hemocianinas transportan más oxígeno que la hemoglobina en entornos con poco oxígeno y a bajas temperaturas, lo que las hace más útiles en el mar.

“Además, cuando la hemocianina del pulpo se une a una molécula de oxígeno, es más probable que se adhiera a otra. Esta propiedad, denominada cooperatividad, la hace mucho mejor transportadora de oxígeno que la mayoría de las hemocianinas”, remarcó Onthank.

En definitiva, en el mar, la hemocianina del pulpo “es al menos un pigmento de transporte de oxígeno comparable, si no mejor, que la hemoglobina”, afirmó Onthank. “Ahora bien, si estamos pensando en si los pulpos podrían conquistar la tierra, entonces la hemocianina probablemente les frenaría”, concluyó.