Cein: Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes debe sancionar a la cúpula militar chavista

 

El director del capítulo Venezuela, del Centro Internacional para los Derechos Humanos, Justicia y Libertad, Dr. Miguel Méndez Fabbiani, exigió en pronunciamiento público a los miembros de la Junta Internacional de Estupefacientes (organismo judicial adscrito a la ONU), la sanción judicial inmediata del alto mando militar del régimen chavista, por incumplimiento expreso y evidente complicidad criminal asociada, en la violación flagrante de la legislación internacional anti-drogas:





“Nuestra representación humanitaria exige a la Organización de Naciones Unidas, en figura de su Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, la invocación inmediata del artículo 14 de la Convención Única de Estupefacientes del año 1961, en su forma enmendada por el Protocolo de Modificación de La Convención Única de 1972.

Habida cuenta del incremento exponencial del cultivo ilícito de hoja de coca dentro de territorio venezolano, existe evidencia incontrastable del masivo procesamiento industrial, que de este dañino cultivo realizan equipados y muy bien dotados laboratorios de narcóticos, localizados en los estados Zulia, Táchira, Apure y Amazonas.

Esta actividad ilegal y nociva acontece bajo la expresa y demostrable complicidad de la elite “militar” del régimen chavista.

Por lo anterior, es nuestro deber exigir una investigación exhaustiva de la cúpula militar del régimen chavista por parte de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU.”

El activista internacional de derechos humanos Méndez Fabbiani demandó la expedita aplicación de severas sanciones personales, financieras, judiciales y diplomáticas a los responsables superiores del tráfico ilícito de narcóticos:

“El régimen chavista actualmente es sin duda alguna, un ejemplo clásico de estado fallido, que puede bien clasificarse cómo un sistema narcocratico complejo adaptativo.

Este sistema híbrido y estradiote que desgobierna Venezuela, posee su poder central en la cúpula mercenaria, que guarece los intereses financieros milmillonarios de una elite mafiosa involucrada absolutamente en operaciones ilegales de narcotráfico y lavado internacional de activos.

La casta militar que momentáneamente sostiene al narcocrata que dirige el “Cartel de Miraflores”, se dividide en las llamadas Regiones de Defensa Integral (REDI), las REDI a su vez se subdividen en Zonas de Defensa Integral (ZODI), y las ZODIS se dividen en Áreas de Defensa Integral (ADIS).

Estas organizaciones condotieras liderizadas por pequeños señores de la guerra tropical, son las encargadas de dividirse nuestro territorio nacional para custodiar, cultivar, producir, transportar y exportar la cocaína de alta pureza, desde pistas clandestinas en zonas selváticas inaccesibles, aeropuertos, puertos y aduanas Venezolanas.

Estos embarques con destino a Centro América, son vendidos con ganancias exorbitantes a los carteles mexicanos, que posteriormente trasportan e ingresan la droga en Estados Unidos y Europa.

Genetistas hervicolas de las disidencias de las FARC, (denominada ahora “Nueva Marquetalia”) y expertos bioquímicos del ELN, están actualmente instruyendo metódicamente a miembros preseleccionados de los degradados cuerpos militares chavistas.

Se está especializando a estos elementos corrompidos en los complejos procesos de cruce de especies resistentes, germinación acelerada, abono específico, siembra de altura, cosecha de temporizada, máxima absorción clorofilica, procesamiento eficiente y elaboración refinada de pasta de coca.

Según estimaciones de la propia Organización de Naciones Unidas, la producción mundial de cocaína en el año 2020 fue de 1. 982 toneladas.

Informes serios y especializados nos revelan que hasta 2020 por Venezuela transitaban para ser traficados, aproximadamente 40 toneladas (40.000 kilos) de cocaína producida en el vecino país de Colombia.

Pero a partir de 2020, se pudo constatar que se producen 450 toneladas (450.000 kilos) de cocaína anuales dentro del mismo territorio nacional venezolano.

Cuanto se habrá producido localmente y traficado en 2021, 2022, y cuantas toneladas en 2023, luego de los lamentables cambios políticos en Latinoamérica y en la vecina Colombia?

Esto demuestra inequívocamente la estrecha cooperación que existe entre los altos mandos de la depravada fuerza armada madurista, y los sanguinarios grupos narcoterroristas que operan con total impunidad a lo largo y ancho del territorio nacional Venezolano.

Los cuerpos represivos del narcorégimen ya no trafican sino que “exportan” a placer su ingente producción de drogas con absoluta aprobación de Miraflores.

Nota de prensa