Varios datos sobre nuestra biografía pueden ser de gran utilidad en el estudio de la numerología. Esta disciplina milenaria no sólo se apoya en leyes sobre el funcionamiento del universo a nivel general, también aporta información a nivel individual. Por eso, veremos qué dice sobre nosotros la vibración numérica de nuestro natalicio.
Por Clarín
La numeróloga Julieta Rutenberg explica en qué consisten estos cálculos y cómo nuestra fecha de nacimiento ofrece datos acerca de nuestros lados positivo y negativo. Para la especialista, lo primero que debemos entender es “la ley de la polaridad”.
Al referirnos a una ley, indica Rutenberg, hablamos de “una proposición científica demostrable, objetiva y concreta, referida a la regla fija que rige un fenómeno de la naturaleza; es decir, una ley es un factor constante e invariable de las cosas”.
La ley de la polaridad: una dualidad que nos habita
“La inteligencia universal comprende muy bien por qué ha creado la ley de la polaridad y uno de los conceptos de esa ley es que nuestro universo aprende de sí mismo: para poder evolucionar se necesita del opuesto —dice la numeróloga—. Este principio incorpora la verdad de que todo es dual, todo tiene dos polos. Los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las paradojas pueden reconciliarse”.
Rutenberg menciona la composición del átomo como un claro ejemplo del propósito de la dualidad: “El electrón tiene una carga negativa, el protón una carga positiva. Dentro de la polaridad electromagnética existe un neutro que genera homeostasis. Y ya sabemos que todo lo que existe en este universo está hecho de energía atómica”.
Entonces, la ley de la polaridad nos atraviesa por completo, asegura la especialista, “desde lo micro a lo macro, desde lo espiritual a lo fáctico”. Pero ¿qué quiso gestionar la inteligencia universal bajo esta ley? En lo que respecta a nosotros, hay que “equilibrar nuestras polaridades para poder influir y alterar el posicionamiento total dentro del sistema universal”, contesta la numeróloga.
¿De qué manera podemos equilibrar esas polaridades que nos habitan? En palabras de Rutenberg, habrá que tener en cuenta a “esa chispa divina que recorre nuestras almas: el libre albedrío”.
Sólo mediante la toma de decisiones conscientes encontraremos el origen de esta libertad y trazaremos el camino hacia la evolución. En ese sentido, aclara: “Nunca podremos modificar el ‘qué’ -los tipos de experiencias- contratado en cada encarnación, pero sí podemos cambiar la obligación existencial al elegir el ‘cómo’, es decir, de qué manera construimos esas experiencias”.
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