La dolorosa historia de un policía que se obsesionó con la sospechosa de un caso

La dolorosa historia de un policía que se obsesionó con la sospechosa de un caso

‘La decisión de partir’ es el filme coreano más intenso y romántico del director Park Chan-wook. FOTO: Diamond Films

 

 

 





Al director coreano Park Chan- wook le gusta contar pesadillas que terminan convirtiéndose en festines de violencia con una belleza visual desgarradora. Fue el artífice de la famosa trilogía de la venganza conformada por las cintas ‘Sympathy for Mr. Vengeance’ (2022); la insuperable ‘Oldboy’ (2003) y ‘Sympathy for Lady Vengeance’ (2005), en el que hace una disección cruda y honesta de las aterradoras consecuencias de tomar revancha ante un hecho que parece injusto o que se concibe para el sosiego de la víctima.

Por El Tiempo

En la primera, un joven sordomudo, en su afanosa búsqueda de un riñón para su hermana enferma, se mueve en una trama en la que hay un secuestro, una estafa y un desarrollo insospechado ante un panorama atroz y desolador.

En la segunda, la más famosa y quizá la más aplaudida por la crítica y el público, el tema evoluciona dramáticamente y hace uso de la acción y la violencia de una manera más poética. De la noche a la mañana un hombre es secuestrado y encerrado durante años sufriendo una transformación emocional y física impresionante.

En su afán por conocer los motivos de su retención comenzará un viaje donde la sangre y la venganza como obsesión se vuelven protagonistas. Hay una escena en plano secuencia de un combate del protagonista en la que que, armado solo con un martillo, se enfrenta a una ‘manada’ de matones. El corte se que se convirtió en pieza de estudio cinematográfico en todo el mundo y el filme tiene uno de los finales más impactantes del cine contemporáneo. Además, ‘Oldboy’ recibió el gran premio del jurado en el Festival de Cannes.

Cuando rodó el cierre de esa trilogía, ‘Sympathy for Lady Vengeance’, la cinta recibió una nominación en el apartado de mejor filme del Festival de Venecia en el 2005 y recalcó su interés en personajes fracturados emocionalmente. En ese filme una joven es condenada por el asesinato de un niño y al salir de la prisión planea una venganza despiadada y desaforada hasta límites insospechados.

Este contexto muestra solo una faceta de un Park Chan- wook capaz de ‘jugar’ con un cura vampiro en ‘Thirst’ (2009) o en su incursión en el cine estadounidense con ‘Stoker’ (2013), un ejercicio de suspenso y terror psicológico de una adolescente que, al perder a su padre, pone patas arriba la vida de su madre y de su tío.

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