Claudio Bifano: Las elecciones de mayo 2023. Una oportunidad para rescatar a la UCV - LaPatilla.com

Claudio Bifano: Las elecciones de mayo 2023. Una oportunidad para rescatar a la UCV

Corriendo el riesgo de parecer o ser necio y repetitivo, voy a insistir en lo que, a mi juicio, es medular para hacer de nuestra Universidad una institución académicamente sólida, competitiva y capaz de orientar la reconstrucción del país.

A poco más de un mes de la celebración de elecciones de nuevos cuadros directivos de la UCV se puede decir que a pesar de que tirios y troyanos coinciden en que se ha perdido el valor académico que otrora tuvo, todavía quedan islas donde se practica investigación de buen nivel y se imparte muy buena docencia. Mucho se ha escrito sobre las razones que han motivado su desgaste, así que no hay necesidad de insistir en ello y hay un tercer aspecto, no académico, que no hay que perder de vista y es que la universidad sigue siendo un objetivo político. No es difícil sospechar que la lavada de cara que le están haciendo al gobierno no es para honrar la obra de Villanueva, sino para indicar a la comunidad académica y al país que la universidad le pertenece y que puede (o debe) ser usada para el logro de sus fines. La elección de nuevas autoridades que responde a una necesidad institucional de renovación de ideas, visión y corrección de algunas prácticas nocivas, ocurre por vía de un acuerdo electoral transitorio -que esperemos transitorio sea- que deja espacios de acción a quienes quieran mediatizar las funciones primordiales de la universidad.

En este panorama, varios colegas han mostrado su voluntad de participar en la elección para optar a diversos cargos, lo cual, en principio, es esperanzador ya que puede ser interpretado como una manifestación del deseo de rescatar a la universidad que hemos perdido y puede ser una oportunidad para plantear acciones concretas que den comienzo a su rescate académico teniendo presente la gravedad del momento que atraviesa. Pero, llama la atención que las propuestas de los aspirantes a ejercer las principales funciones universitarias, apenas asoman tímidamente algunos asuntos que han llevado a nuestra universidad a su estado actual. No es una novedad, por ejemplo, repetir que la universidad debe generar ingresos; eso se dice desde los años 80-90, o que los profesores que han emigrado constituyen una importante reserva académica. Lo novedoso seria proponer acciones para mejorar la sostenibilidad de la universidad y vías para atraer a ese capital humano que ha emigrado. No basta hacer una lista de problemas para dibujar el estado deplorable de la educación superior, eso se ha diagnosticado con creces; lo necesario es que los candidatos digan, aunque sea a grandes rasgos, que proponen hacer para comenzar a resolverlos. Por supuesto que es necesario y conveniente mostrar entusiasmo para emprender acciones que rediman a la universidad de su actual estado de languidez pero, con el debido respeto, repetimos que sería bueno saber cuáles son las ideas que se tienen en mente para lograrlo





Sabemos que es ilusorio pretender que en cuatro años pueda reacomodarse a la universidad, pero creemos firmemente que, después de un letargo tan prolongado en que ha caído, éste es el momento de comenzar a reconstruir una universidad que no tenga pies de barro. En estos momentos, para rescatar a la universidad del estado de desaliento y apatía que la envuelve y se percibe, será necesario que el profesorado, y sobre todo quienes se presentan como nuevos líderes, den de lo mejor de sí para revigorizarla.

Sin pretender hacer juicios de valor a título personal, dadas estas circunstancias el discurso de los candidatos no puede ser banal y mucho menos pueden serlo las propuestas que hacen. Quienes resulten electos, además de la preservación de la institución como espacio de libre pensamiento independiente de los objetivos y la política gubernamental, tendrán en sus manos temas trascendentes como la actualización académica, que es la revisión de las ofertas de estudio, la acreditación internacional de las carreras de postgrado, la actualización curricular, las políticas de promoción de la investigación y postgrado y la implantación de sistemas eficientes de educación a distancia, entre otros, que son preocupación constante de las autoridades de las universidades más avanzadas del mundo, de sus profesores y de los gobiernos de esos países. Y además de estos, deberán ser objeto de estudio otros de igual o mayor importancia como la sostenibilidad financiera de la institución, la evaluación del personal docente y de investigación, la formación de una nueva generación de profesores e investigadores, el mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo del profesorado y la activación de la necesaria relación con el sistema productor de bienes y servicios privado y público, solo para citar algunos.

Los próximos cuatro años de gestión de la UCV no serán un simple trámite administrativo. Si la nueva gestión quiere marcar el comienzo de un cambio, y creo no equivocarme al decir que es el deseo de todos los colegas que intervienen en la contienda electoral, no se podrán improvisar sobre la marcha lineamientos académicos, administrativos o políticos. Habrá que pensarlos, elaborarlos previamente y asegurarse de que tienen seguidores comprometidos a seguirlos.


Claudio Bifano es Profesor Titular de la UCV. Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas Matemáticas y Naturales