Orlando Viera-Blanco: Transiciones, El Pacto de Puntofijo (VI)

Orlando Viera-Blanco: Transiciones, El Pacto de Puntofijo (VI)

Orlando Viera-Blanco @ovierablanco

El Pacto de Puntofijo fue un acuerdo de gobernabilidad entre los partidos venezolanos AD, Copei y URD, firmado el 31/10/58 pocos meses después del derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez [23/01/1958].

El pacto permitió la estabilización en los primeros años del sistema democrático representativo. Se firmó en la casa de Rafael Caldera llamada «Puntofijo». Reconocido como el padre de los pactos, inspirador de numerosos procesos de transición política de dictaduras militares a democracias en Latinoamérica y Europa, es sano alertar, fue concebido y ejecutado en otros tiempos, otras circunstancias y por otros hombres.

Antecedentes. Del Petróleo a la democracia…

El Pacto de Puntofijo da lugar a la “República Civil” en contraste al predominio de regímenes militares. Constituyó una era de progreso y modernización económica y cultural [1958-1998]. Nos condujo a un régimen republicano, la constitución más longeva en la historia nacional [1961] y la consolidación de la democracia como only game in town [Dixit Miguel Ángel Martínez Meucci].





A diferencia de otras repúblicas latinoamericanas, Venezuela vivió una independencia sangrienta además de un siglo de montoneras [1830-1930] incluyendo la guerra federal, lo cual arrojó un país con una fisonomía política variopinta, caudillista y desgarrada. En el siglo XIX perdimos un tercio de la población [un millón de almas]. La hegemonía andina se impuso hasta la primera mitad del siglo XX con Juan Vicente Gómez a la cabeza, siendo la explotación petrolera un “factor dinámico” de redención política, desruralización y movilización social no vivido en el continente.

El manejo centralizado de las rentas provenientes de la industria petrolera [concesiones extranjeras de Gómez] permitió engrosar las capacidades del estado y la gobernabilidad por el fortalecimiento de las FFAA. La estructura de los partidos políticos pasa de decimonónica, vertical y cerrada, a nuevas organizaciones policlasistas, socialistas y estatistas.

Los presidentes Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita combinaron su hegemonía militar con pretensión de apertura tutelada “desde arriba”. Pero no lograron detener la instauración del voto directo, universal y secreto [1945]…El llamado Trienio Adeco (1945-48) “constituyó una coyuntura polarizadora reformista…en un intento de excluir a los sectores nacionales tradicionalmente más poderosos (ejército, gremios, Iglesia, empresariado) y reducir su enorme influencia de EEUU en la política petrolera”. La agitación en los campos petroleros buscaba nacionalizaciones a la usanza de la Revolución Mexicana. Sobreviene el golpe de Estado de noviembre de 1948, derrocando la presidencia de Don Rómulo Gallegos. Se instala una nueva dictadura militar dirigida por Marcos Pérez Jiménez…

Venezuela, política y [más] petróleo…

El plan de Barranquilla [1931] redactado por Betancourt [un joven de 27 años] y otros 11 ilustres venezolanos [generación del 28], es considerado el primer antecedente político a la aparición de AD. El Plan de Barranquilla fue el «manifiesto» de la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI), fundada a los pocos días en la misma ciudad. Pero Betancourt pronto abandona el radicalismo marxista que se desprende del documento y busca de mayor moderación; un proyecto socialdemócrata con una visión urbana, civilista, ascendente-no piramidal y liberal. Un visionario.

Vale la pena destacar la madurez política de Rómulo Betancourt quien desde el manifiesto de Barranquilla hasta su obra Venezuela, política y petróleo, demuestra una importante evolución sobre el oro negro como factor de desarrollo para Venezuela.

Si bien fue calificado de “prevaricador” del ideario nacional-revolucionario [José Alberto Olivar], “Betancourt conservó la esencia de sus afiebradas lecturas juveniles al descifrar que el problema del poder en Venezuela iba más allá? del simple ejercicio despótico de una camarilla caudillezca, sino de la presencia de un modo de producción de latifundista, sustentado en la relación patrón-clientela entre la oligarquía terrateniente y el campesinado”

Agrega Betancourt: “AD ha adoptado siempre una actitud mediata y responsable en lo que a EEUU se refiere. Hemos reconocido la realidad obvia de las ligazones que nuestro país tiene en el orden político y económico, con la única gran potencia del continente americano de poderosa gravitación universal (…) Partidos llamados por inevadibles responsabilidades a ejercer una influencia rectora en los rumbos de un país no pueden ni deben ser, en la América Latina, ni pitiyanquis ni yancófobos”. Da en clavo del justo medio…

Al referirse a la reforma petrolera instrumentada por el presidente Medina Angarita [1943], Betancourt señala “que este no fue más que un nuevo capítulo de frustraciones en donde coincidieron los intereses pecuniarios del gobierno y los propósitos monopolistas de las compañías petroleras”. La transición venezolana hacia la democracia colocaba al Estado como rendidor de cuentas, no como un gendarme petrolero. Pero tal alcance accountabilty nunca llegó. Y lo sufrió y pagó la democracia con su quiebre en 1992.

Brota en Betancourt su “simpatía” con el modelo capitalista: “Los gobernantes venezolanos [1946] estábamos –y estamos– convencidos que nuestro país no puede saltar la etapa de desarrollo capitalista de su economía. El estado que atravesamos reclamaba una transformación nacional-revolucionaria y no una ajustada a modelos socialista o comunista” Nace la Ley de Hidrocarburos de 1946…Ese pensamiento progresista, moderno, abierto y liberal marcó el pacto de Puntofijo. Un pacto de élites ilustradas que parió una de las democracias más ejemplares de Latinoamérica, referencia de transiciones democráticas posteriores en el continente y Europa.

Fundamentos políticos, jurídicos y electorales del pacto.

El Pacto de Puntofijo fue un acuerdo de respecto mutuo, inteligencia y cooperación entre las diversas fuerzas políticas…El gobierno de Rómulo Betancourt [1959-1964] tuvo participación ministerial de los tres principales partidos democráticos [AD. COPEI, URD].

Los vértices de esta estabilidad democrática y republicana pasaron por convocar elecciones de una Asamblea Constituyente, elaborar una nueva Constitución [1.961] y llamar a elecciones para constituir los nuevos Poderes Públicos. Las fuerzas políticas se comprometieron con un programa mínimo común. Se acordó que ninguno de los partidos debía incluir en sus programas puntos contrarios al programa pactado. La palabra era ley…

El Golpe del 58, del 4f-92 y un largo amanecer…

Sectores militares descontentos con el régimen dictatorial de Pérez Jiménez semanas después del fraude con el plebiscito de 1957, propiciaron la oportunidad de cambio. Tras la intentona fallida que comandó la aviación militar al despuntar el año 1958, el dictador no aguantó la presión de sectores muy importantes de las propias FFAA y abandonó el país en su vaca sagrada… La junta de gobierno que presidió el vicealmirante Wolfgang Larrazábal facilitó que los principales líderes de los partidos políticos-perseguidos o exiliados-se reunieran y materializaran los términos de un entendimiento.

La experiencia fallida del Trienio Adeco, profundas reflexiones y manifiestos sobre un plan país, más la seriedad y espíritu democrático de Rómulo Betancourt (AD), Rafael Caldera (COPEI) y Jóvito Villalba (URD), sellaron el célebre pacto de Puntofijo…

El caso venezolano-decíamos-parece confirmar la tesis de Burton y Higley, quienes sostienen que el origen de los sistemas democráticos está profundamente vinculado a la instauración de pactos de élites (elite settlements). El Pacto de Puntofijo nació de un consenso de “élites políticas”, cierto, pero expansivo a todos los sectores de la vida nacional: obreros, iglesia, empresarios, agroindustriales. Ilustrativo.

El país fue otro desde el 4F-92. Las variables transicionales de hoy se desmarcan a la realidad del ’58. Hoy tenemos unas FFAA desmanteladas de doctrina, armas y recursos; una Venezuela fracturada y un retroceso atávico y cultural distinto y alejado a las 4 décadas de democracia, civilidad y convivencia-con virtudes y carencias-vividos entre 1958 y 1998.

Pasamos de una era civilista, industriosa, progresista, educada, constructora de un tejido social movilizado y redimido por un rentismo petrolero que colapsó, a un reparto estatista, colonialista, gendarme, personalista y miliciano al servicio de nuevo caudillo…del nuevo taita.

Venezuela hoy acumula 24 años de un Estado Ausente, sin justicia, sin legalidad, sin voto ni estado de derecho. Una población desciudadanizada a tope. El resultado: la anomia, la violencia, el desmembramiento social y familiar.

Desde 1998 Venezuela ha vivido un vaciado identitario y democrático inédito. Ello dificulta construir un nuevo pacto unitario de transformación política-civilista y ciudadano-aunque tutelado, como el periodo 1936-1945 de López Contreras y Medina, o de ruptura y consenso [1948-1958] de Pérez Jiménez a Betancourt. Otro talante, otra lucha, otra capota, otro sable, otro pueblo….

Culminamos así nuestra serie “Retorno a la democracia”. Queremos rescatar de las transiciones Chilena, Española, Portuguesa, Brasileña, Polaca y Venezolana un valor superior: la unidad ciudadana inspirada por actores políticos audaces, visionarios, donde la palabra y su determinación por la libertad y en democracia, fue anteponer los intereses de la nación a los intereses partidistas o personales.

Eso fueron Aylwin, Suárez, Spínola, Walesa, Fernandez Cardoso, Betancourt, Caldera y Villalba…Hacedores de pactos, parteros de democracias y libertad. Tomemos ejemplo de ellos…

@ovierablanco