La prisionera del profeta (Prisoner of the Prophet) narra la conmovedora historia de Briell Decker, una mujer que nació, se crió y finalmente huyó de la secta IFSUD (Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días). El documental describe cómo fue ese proceso y explica de forma muy didáctica cómo era la secta liderada por Warren Jeffs, el líder de este culto que llegó a estar en la lista de los diez más buscados del FBI.
SANTIAGO GARCÍA // INFOBAE
La secta IFSUD es en general asociada con La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, religión que de forma coloquial es llamada mormona. Pero debe quedar claro que, con su centro en el estado de Utah, esta religión prohibió la poligamia en el año 1890, poco tiempo antes de que Utah fuera incorporado como estado a los Estados Unidos de América. Esa prohibición generó un desprendimiento que en el siglo siguiente derivó en una secta que escribiría la página más siniestra de la historia del estado.
Briell Decker fue la esposa número 65 de Warren Jeffs y en el documental narra con detalle la pesadilla de crecer en una secta. También describe las tácticas del grupo para evitar la ley y conservar la impunidad durante décadas. Hablan también los fiscales que acusaron a Jeffs y que, gracias al valiente testimonio de quienes escaparon, pudieron exponer los manejos criminales, los abusos sexuales y el maltrato general, así como el lavado de cerebro que les permitía seguir funcionando.
La noticia de este escándalo se generó relativamente hace poco, por lo cual es más que entendible que el tema se haya vuelto un punto de interés de documentales y ficciones, y algunas han llegado a verse en Latinoamérica. El año pasado, Netflix estrenó un documental en cuatro partes llamado Sé dócil y obediente, que mostraba el funcionamiento de la secta y explicaba, entre otras cosas, la estructura que le permitía funcionar. También en 2022, Star+ estrenó Por mandato del cielo, una serie de ficción basada en hechos reales cuyos personajes se cruzan en un momento con la IFSUD.
La prisionera del profeta busca, aún con la dureza del tema, mostrar una mirada esperanzada. Es posible que ningún espectador logre entender del todo el horror de formar parte de una secta, pero la serie consigue en sus tres episodios, enumerar los horrores que allí se vivían. La secta IFSUD llegó a tener diez mil miembros que obedecían, por tener el cerebro lavado o por terror, a Warren Jeffs. Los mecanismos que él aplicaba quedan más que claros y los trucos para escabullirse de la ley también.
Más detalles en INFOBAE