OMS evalúa potencial contaminación con químicos y minas tras explosión de represa en Ucrania

OMS evalúa potencial contaminación con químicos y minas tras explosión de represa en Ucrania

El agua baja sin control desde la presa de Kajovka, en el erío Dnipro a su paso por Jersón Captura de vídeo

 

 

 





La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo hoy que está evaluando la potencial contaminación con químicos peligrosos y dispersión de minas en las zonas inundadas como consecuencia de la destrucción de la presa de Nueva Kajovka, en la región ucraniana de Jersón, bajo control de fuerzas rusas.

“Las prioridades son reparar las instalaciones médicas y los daños medioambientales causados por las inundaciones, y en paralelo estamos supervisando la posible emisión de químicos peligrosos en el agua, lo que podrían tener un grave impacto en los próximos años”, dijo por teleconferencia el jefe de la oficina de la OMS en Kiev, Jarno Habicht.

Alrededor de la presa destruida hay más de treinta áreas residenciales, así como zonas industriales. Para evaluar si el agua ha sido contaminada por residuos tóxicos se están tomando muestras para analizarlas.

Habitcht dijo también que se están reforzando los mensajes de sensibilización en relación a la eventual presencia de minas, en particular, en los próximos siete a diez días, periodo en el que se prevé que el nivel del agua bajará.

La contaminación con minas, sean antipersona o antitanque, es un problema muy grave tras casi quince meses de guerra en Ucrania y se estima que hasta el 20 % del territorio puede estar afectado por la presencia de estos explosivos.

El representante de la OMS indicó que desde hace más de un mes es flagrante el aumento de ataques rusos con misiles y drones en Ucrania, que ahora se adentran más al oeste del país, en la capital Kiev y apuntan a infraestructuras civiles.

Por el momento, lo más urgente es atender los daños y consecuencias de las inundaciones en Jersón, donde la organización está muy atenta a cualquier señal de brote epidémico, en particular de enfermedades transmitidas por el agua -como el cólera- o por roedores, explicó a periodistas en Ginebra.

Habitht enfatizó la necesidad de prestar igualmente atención a la salud mental de la población, que está sufriendo considerablemente por este desastre; así como a las enfermedades crónicas entre la población mayor, que es la que tiene más dificultades para abandonar las zonas en las que viven e instalarse en otras donde probablemente tendrían atención médica más a la mano.

EFE