Grandes actores, padres cuestionables: historias reales, dignas de un guion de cine

Grandes actores, padres cuestionables: historias reales, dignas de un guion de cine

 

Nacer con un padre famoso puede abrir puertas laborales y permitir el acceso a oportunidades únicas pero también, como hijo implica cargar con algunos problemas de identidad sobre todo al momento de ser uno y no solo el “hijo de”. Estas historias lo demuestran.





Por Infobae

Clint y Scott Eastwood

Con 93 años y luego de todo lo actuado y dirigido, Clint Eastwood es un mito vivo no solo en Hollywood sino entre los que aman al cine y cine del bueno. Actuó en 72 films y dirigió 40 películas. Así como ganó prestigio como artista también ganó fama como hombre que ama y mucho a muchas mujeres. Nada mal para alguien que según confesó en la revista Playboy en su adolescencia: “Me ponía demasiado nervioso con las mujeres y las chicas debían pensar que era tonto. No se me daban bien”.

El director de Los puentes de Madison se casó dos veces y es padre de ocho hijos, con seis parejas diferentes. De sus descendientes el más conocido es Scott. Nació en 1986 y es uno de los dos hijos que tuvo con la azafata Jacelyn Reeves. Como en ese momento Eastwood estaba en pareja con Sondra Locke, hasta 2002 mantuvo la identidad de ambos en secreto.

Scott vivía en Hawai pero visitaba mucho a su padre que residía en California. Al terminar el secundario no tenía clara su vocación y, desorientado, trabajó un tiempo como albañil, mozo y playero. Necesitaba dinero ya que su padre, dueño de una de las grandes fortunas de Hollywood, apenas le enviaba algunos dólares.

Pero ya sabemos que “lo que se hereda no se roba” y Scott había heredado la indiscutible pinta de su padre. Su rostro serio pero atractivo, la mirada penetrante e inquisitiva y altura imponente le consiguieron algunos trabajos como modelo. Fue entonces que le llegaron las primeras propuestas para entrar al mundo de la actuación y, como era lógico, lo consultó con su padre. “Para ser honesto a mi papá no le importó si era un plomero o un actor. Simplemente me dijo: ‘Hagas lo que hagas hazlo bien, sé honesto, trabaja duro y sé un hombre”, contaría de esa charla.

Contrario a lo que se puede suponer, ser “hijo de” no lo ayudó a conseguir trabajo como actor. “Cuando llegué a Hollywood para intentar conseguir mis primeros trabajos, nadie me tomaba en serio. Seguramente pensaban: ‘Tú no eres un actor de verdad, sólo eres el hijo de Clint Eastwood’. Y algunas personas siguen teniendo la misma actitud hacia mí”.

Eastwood hijo además no quería aprovecharse del apellido paterno para empezar a su carrera. Para los primeros papeles cinematográficos utilizó el de su madre: Reeves, eso sí debutó en una película dirigida por su padre: La conquista del honor, pero luego de que él lo aprobara en un riguroso casting. También participó en Invictus y Gran Torino, películas dirigidas por su padre pero donde ocupó un rol secundario.

En 2016, Scott fue parte de Escuadrón suicida pero no de su secuela. Cuando le preguntaron por qué, dejó bien en claro que Clint había sido fundamental para la decisión. “Lo llamé y le dije, ‘no me quieren pagar’. Y él me respondió: ‘si sientes que te necesitan y es un buen papel, hazlo. Si no, no lo hagas’. En aquel momento no tenía las respuestas a esas preguntas. No las iba a tener y me estaban presionando. Así que al final no ocurrió”.

Aunque Clint sigue dirigiendo, su hijo no formó parte de las últimas películas, parece que esto no es un problema porque como suele aclarar Scott: “Mi padre nunca me dio nada, me hizo trabajar para ganar mi dinero. Fue duro conmigo, pero eso me hizo más fuerte y me dio el impulso que necesitaba para valerme por mí mismo”.

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